Marruecos fue elegido el pasado 20 de mayo a la presidencia de esta Conferencia, a menudo denominada el parlamento mundial del trabajo y que establece las grandes orientaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). El Reino fue elegido por unanimidad para la presidencia de la CIT, por primera vez, en la persona del embajador, representante permanente de Marruecos ante las Naciones Unidas y otras Organizaciones Internacionales en Ginebra, Omar Zniber.
En la apertura de esta conferencia, Zniber subrayó que la elección de Marruecos a la presidencia de la Conferencia Internacional del Trabajo confirma la gran importancia que el Reino concede al ámbito social en todas sus dimensiones, señalando que la adhesión de Marruecos a este cargo se produce en un contexto nacional marcado por la puesta en marcha de proyectos de gran envergadura, entre ellos el proyecto de generalización de la protección social y la presentación del informe de la comisión encargada por SM el Rey Mohammed VI de preparar un nuevo modelo de desarrollo.
El embajador se refirió, además, a lo que está en juego con la celebración de esta sesión, que se celebra en circunstancias particulares marcadas por las desastrosas repercusiones de la actual crisis sanitaria, recordando la importancia de la acción multilateral, como mecanismo esencial para hacer frente a los retos que plantean los profundos cambios que afectan al mundo del trabajo, y como palanca imprescindible para afrontar los desafíos del futuro, y estimular el renacimiento post-Covid.
La sesión de apertura también estuvo marcada por un discurso del presidente de la Confederación Suiza, Guy Parmelin, que elogió la labor de la OIT, afirmando que la Organización había actuado con determinación y de forma oportuna para dar respuestas adecuadas a los retos impuestos por la pandemia.
Parmelin también destacó la importancia de la solidaridad y la cooperación en estos tiempos de crisis social y económica que afectan a todo el mundo.
Por su parte, el director general de la OIT, Guy Ryder, señaló la importancia de esta primera reunión de los Estados miembros desde el inicio de la pandemia, que reúne a más de 4.300 delegados de lejos. Las responsabilidades no pueden ser "más pesadas" y las expectativas "más altas" que en este momento de crisis, dijo.
La crisis ha demostrado que el mundo del trabajo "no está preparado" y también ha puesto de manifiesto las numerosas desigualdades existentes en la sociedad, dijo Ryder. Llamó a “una verdadera respuesta mundial”.