En una columna publicada el jueves por el diario japonés Nikkei, Bouhlal puso de relieve las relaciones económicas entre los dos países como otra faceta de esta fructífera cooperación, señalando a este respecto, que el número de empresas japonesas domiciliadas en Marruecos casi se ha triplicado en una década.
Con 75 empresas, Marruecos es el segundo destino de las empresas japonesas en África, precisa el diplomático, añadiendo que con un total de más de 42.000 empleados, el sector privado japonés es el primer empleador extranjero en Marruecos.
También recordó que, a pesar de la pandemia de Covid-19, las empresas japonesas no sólo mantuvieron sus inversiones en el Reino, sino que algunas de ellas aumentaron su capacidad de producción, entre ellas, por ejemplo, Sumitomo Wiring Systems, Yazaki, Fujikura o Mitsui.
En este contexto, Bouhlal subrayó que el Reino de Marruecos es un destino de elección para las empresas niponas, que lo consideran una puerta de entrada a África y Europa, y una pasarela para beneficiarse de un acceso privilegiado a un mercado de más de mil millones de consumidores, gracias a los diferentes acuerdos de libre comercio firmados por Marruecos, en particular con los Estados Unidos y la Unión Europea.
La calidad de las infraestructuras viarias, portuarias y aeroportuarias del Reino también representan también factores determinantes en su atractivo para las inversiones japonesas, explicó Bouhlal, citando el ejemplo del Puerto Tánger-Med, el primer puerto mediterráneo en términos de capacidad con 9 millones de contenedores al año.