En un análisis del discurso del Soberano con ocasión del 45º aniversario de la Marcha Verde bajo el título: "En marcha: qué bella imagen, pero también qué bella realidad, la de un pueblo en marcha", Delpérée, profesor emérito de la Universidad Católica de Lovaina y presidente de la Asociación de Amigos de Marruecos, afirmó que el discurso del Soberano merece ser destacado por que hace énfasis en al menos tres puntos: político, económico y social.
SM el Rey subrayó, en primer lugar, el carácter político del conflicto que opone a Marruecos a sus vecinos desde el final del proceso de descolonización, y señaló que "sólo se debe favorecer una solución política y, por tanto, pacífica. Puede surgir bajo la égida de las Naciones Unidas y con el apoyo de la comunidad internacional".
Si existe la voluntad de cerrar el diferendo, subrayó, "es hora de abandonar los enfoques delirantes y mostrar, al igual que el Consejo de Seguridad, un mínimo de realismo".
Se preguntó: ¿Cómo no podemos elaborar, con este espíritu y en los mismos términos de la Constitución, un estatus de amplia autonomía para las provincias del sur? Esta solución pragmática y pacífica, explicó, está al alcance de la mano si las partes quieren mostrar algo de buena voluntad.
El profesor Delpérée también señaló que el Soberano destacó, después, las apuestas económicas de la operación, señalando que el Sáhara, que linda con la costa atlántica del sur de Marruecos, tiene todos los activos para convertirse en la fuerza motriz del desarrollo regional y continental.
Recordó que el ejemplo de Tánger-Med, ahora primer puerto de África, está presente en la mente de todos y que el Atlántico de Dajla debería seguir su estela.
Huelga decir que los esfuerzos realizados en los últimos años para determinar el marco y las dimensiones del espacio marítimo de Marruecos no pueden sino contribuir a la realización de este objetivo, añadió Delpérée.
El constitucionalista belga dijo también que SM el Rey llamó a la movilización colectiva, hecha de compromiso y disciplina, del pueblo marroquí.
Esto significa que la preservación de la integridad territorial del país, su seguridad y estabilidad, explicó Delpérée, no depende únicamente de las posiciones adoptadas por las autoridades públicas. También dependen del comportamiento y la adhesion del pueblo.