"La presencia en Bélgica de una fuerte comunidad de origen marroquí, compuesta de cientos de miles de personas es, en mi opinión, una oportunidad, por no decir una ocasión, para ambos países", afirmó el diplomático marroquí en una entrevista con el semanario belga "Le vif l'express".
La presencia de Marruecos en Europa es a largo plazo y reviste un carácter duradero, añadió, señalando que las comunidades marroquíes se han integrado bien en general en su país anfitrión y mantienen fuertes vínculos con su país y su cultura de origen.
Al mismo tiempo, continuó, "la diáspora marroquí ha participado de manera notable en la modernización de Marruecos. Por ello, la política hacia la diáspora debe acompañar y promover la integración, por un lado, y fortalecer los vínculos con las raíces y las culturas de origen, por otro".
Preguntado sobre la política migratoria del Reino, el embajador sostuvo que en las últimas décadas "Marruecos se ha convertido en un país de tránsito y acogida de migrantes".
En este sentido, precisó el embajador marroquí, el Reino es "el único país de la orilla sur del Mediterráneo que dispone de una política de migración humana y solidaria".