Interviniendo en el programa ciudadano « Sahara Debate », Matsumoto ha desmantelado las acusaciones de Argelia y el “polisario” sobre la pretendida representatividad de la “rasd” y ha destacado la conformidad de la iniciativa de autonomía marroquí con el derecho internacional, basado en una solución “ganador-ganador” que abre las perspectivas de paz, seguridad y cooperación en la región del Magreb.
El profesor japonés definió el polisario como grupo no reconocido por el derecho internacional, recordando que este frente nunca ha sido reconocido como un “movimiento de liberación” por las Naciones Unidas.
Refiriéndose a la historia del diferendo regional sobre el Sahara marroquí, el japonés dijo que cuando Marruecos reclamó oficialmente su Sahara en las Naciones Unidas en 1957, el polisario no existía. Luego se creó a mediados de la década de 1970 por instigación de Argelia y Libia durante la retirada de España en 1975 del Sahara marroquí.
Por lo tanto, para Matsumoto, la ONU solo otorga al polisario el estatus de simple “peticionario” en el marco de ciertos trabajos del Comité de los Veinticuatro y de la IV Comisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, como otros cien peticionarios.
Según Matsumoto, incluso si el polisario proclamó la creación de la pretendida rasd y ocupó un puesto en la Organización de la Unidad Africana (OUA), omitiendo y violando los procedimientos de admisión, esta entidad no goza de ninguna legitimidad legal o popular y menos aún de una legitimidad democrática para alegar ser representante de la población del Sahara marroquí.
Además, la pretendida rasd no ejerce ninguna autoridad o control sobre ningún territorio, recalcó el jurista nipón.
Por esta razón, estimó, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea rechazó el recurso presentado por el polisario contra la renovación del Acuerdo de Pesca Marruecos-UE debido a la “falta de calidad para actuar”, lo que significa claramente que el polisario no puede pretender tener personalidad jurídica.
Además, para el profesor japonés, la pretendida rasd no es miembro de ninguna organización internacional o regional, excepto la UA. Más de las tres cuartas partes de los estados miembros de la ONU no la reconocen. Ningún país europeo, norteamericano o árabe, excepto Argelia, la reconoce, agregó.
Solo 30 países continúan reconociendo esta entidad ficticia, principalmente africanos y sudamericanos, por razones puramente ideológicas, destacó el mismo, recordando que desde el año 2000, casi 44 estados han decidido retirar su reconocimiento de la pretendida rasd.
Para Matsumoto, los únicos representantes legítimos de la población del Sahara marroquí son los representantes electos locales resultantes de las elecciones democráticas locales y regionales. En esta línea, prosiguió, el presidente del Comité de los Veinticuatro envió una invitación a dos responsables electos saharauis para participar en el seminario regional del Comité, celebrado entre el 2 y el 4 de mayo de 2020 en Granada, y su sesión celebrada en junio de 2019 en Nueva York.
También indicó que los presidentes de la región del Sahara marroquí y un representante de la sociedad civil formaban parte de la delegación marroquí que participó en las dos mesas redondas de la ONU en Ginebra en 2018 y en 2019.
A este respecto, Matsumoto resaltó la participación de Argelia en estas dos mesas redondas como parte en el proceso político de la ONU sobre el Sahara marroquí.
Es innegable, para el jurista japonés, que la mayoría de la población del Sahara vive en Marruecos y que un gran número de familias de los campamentos de Tinduf y los líderes del polisario regresan a Marruecos, desacreditando así las afirmaciones de esta entidad que pretende ser “representante legítimo” de esta población.
Por otra parte, el profesor japonés llamó la comunidad internacional a prestar especial atención a la iniciativa de autonomía marroquí presentada por el Reino en 2007.
Matsumoto se refirió a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que en 2004 instó a las partes a superar el punto muerto en este diferendo regional buscando activamente una solución política justa, duradera y mutuamente aceptable.
Para resolver este problema, Marruecos presentó al Consejo de Seguridad de la ONU, en 2007, la iniciativa de autonomía inspirada en modelos contemporáneos sobre la resolución de diferendos territoriales, y que cumple totalmente con el derecho internacional, incluido un enfoque inclusivo y participativo, subrayó el profesor.
Para Matsumoto, la iniciativa de autonomía marroquí, que tiene el objetivo legítimo de alcanzar una solución política final a este diferendo regional, se basa en dos pilares que son el establecimiento de instituciones locales y representativas que permiten al pueblo del Sahara marroquí gozar de sus derechos políticos, sociales y culturales y la preservación de la soberanía histórica en esta región, de conformidad con el derecho internacional y el derecho a la libre determinación.
Asimismo, agregó que la autonomía sigue siendo una solución equilibrada entre la soberanía nacional y la democracia local.
Para el académico japonés, la iniciativa de autonomía marroquí también permitirá la integración regional que garantizará el desarrollo, la seguridad y la cooperación en el Magreb, que según él sigue siendo una de las regiones económicamente menos integradas del mundo.
El profesor japonés finalizó su testimonio recordando que, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, se han firmado 70 acuerdos de autonomía para resolver algunas controversias territoriales en el mundo.