"Lejos de emprender una dinámica de diálogo, llevaron a cabo una verdadera campaña mediática sobre la base de acusaciones infundadas, induciendo al error a varios medios de comunicación y periodistas", afirmó Bourita en una entrevista con el periódico suizo "Tribune de Genève".
"Esto es enormemente y totalmente falso. Rechazamos estas acusaciones inequívocamente", sostuvo.
Amnistía Internacional "trató de vincular en su documento entre Marruecos y la compañía NSO. Pero no hay pruebas para establecer y probar ningún vínculo. Y hasta ahora, han pasado semanas sin que puedan respaldar sus afirmaciones con datos o pruebas verificables. Afirman que sólo los Estados pueden hackear los teléfonos usando las redes que controlan a través de los operadores de telefonía. Pero hoy en día, los dispositivos que pueden imitar la señal de las redes y hackear los teléfonos móviles se venden en línea", explicó.
Asimismo, destacó que la respuesta de la secretaria general adjunta de la organización "no responde a nuestras preguntas". Lo que esperábamos era un informe detallado que apoyara las alegaciones de espionaje. Pedimos acceso a la cadena de trazabilidad del teléfono en cuestión, incluido el software y el hardware, para que las autoridades marroquíes competentes puedan llevar a cabo su contra-investigación en la debida forma. Porque se necesita mucho trabajo para entender cómo pudo haber tenido lugar la piratería".
"Si alguien escucha a nuestros ciudadanos, y más si este alguien es del extranjero, necesitamos saber quién es. Hoy en día, está claro que Amnistía no está en posición de proporcionar la más mínima prueba. Y no somos los únicos en decirlo. El tribunal de Tel Aviv desestimó el lunes la queja de Amnistía contra la empresa NSO, aludiendo a la incapacidad de Amnistía de demostrar que el software fue utilizado por su gobierno. Otro caso en el que Amnistía habla sin pruebas", subrayó Bourita.
"Todo esto plantea serias dudas sobre su metodología. Y Marruecos no cederá ante este chantaje", dijo.
Comentando las alegaciones contenidas en el último informe de Amnistía sobre la reacción de Marruecos, el ministro señaló que las afirmaciones de la organización "destruyen más de dos décadas de derechos humanos universalmente reconocidos, de creación de instituciones y de consolidación de buenas prácticas, situándonos en la misma categoría con países que han cometido verdaderas atrocidades contra sus pueblos".
"Esta declaración también ignora a las autoridades del país, su sociedad civil y sus ciudadanos. Cualquiera que conozca de cerca la realidad marroquí sabe que Marruecos no tiene problemas con la libertad de expresión. Estamos orgullosos del dinamismo de nuestra sociedad civil y nuestro país hizo de su desarrollo una política de Estado. Y eso ha de ser reconocido", continuó.
Sólo en el año 2020, prosiguió, Amnistía publicó libremente siete informes tendenciosos sobre Marruecos, además de unos 72 documentos más que nos son explícitamente desfavorables, sin provocar ninguna reacción de las autoridades marroquíes.
"No esperamos ser tratados con indulgencia, y mucho menos ser halagados, pero las reformas en materia de derechos humanos emprendidas por Marruecos están impregnadas de valor y apertura", estimó.
Precisando que Marruecos "sólo pide a la organización pruebas o una disculpa", el ministro indicó que "creemos que, básicamente, Amnistía no tiene en cuenta los intereses de Marruecos, ni los de sus ciudadanos o instituciones".
Por otra parte, Marruecos, continuó, "no contempla cerrar la puerta a informes que supuestamente nos harían rechinar los dientes. Nuestro país no es alérgico a los informes de las organizaciones internacionales ni a la interacción. Nos presentamos a exámenes periódicos de las Naciones Unidas, a veces de manera voluntaria, porque creemos que esta interacción nos puede hacer avanzar, para rectificar las cosas que deben ser rectificadas".
"Nuestra trayectoria no es perfecta, pero estamos progresando en el cumplimiento de las expectativas de nuestros ciudadanos. Sin embargo, Marruecos tiene derecho a esperar una interacción basada en el respeto, y eso es lo que exigimos de Amnistía", dijo.
Amnistía, recalcó el ministro, "se ha tomado la libertad de hacer atajos y anunciar conclusiones claras y 'empaquetarlas' en una supuesta historia de espionaje para que sea atractiva para los medios”.
"¿Debemos recordar a la gente que tales acusaciones afectan tanto a la seguridad nacional de un Estado como a las libertades individuales de sus ciudadanos? Esta doble dimensión requiere mucha precaución y matices en el tema. Reprochamos a Amnistía haber fallado a su deber de neutralidad y objetividad y haber pecado de falta de profesionalidad", añadió el ministro.