“La verdadera solidaridad africana debe surgir y las ambiciones de unidad y resiliencia deben estar a la vanguardia de una agenda continental impulsada por un liderazgo real e impulsada por una visión común y una estrategia concertada decididamente progresista. Es esta misma visión la que lleva Su Majestad el Rey Mohammed VI, para una África que moldea con responsabilidad y ambición la conformación de un futuro de paz, prosperidad y seguridad”, escribió Amrani, en una tribuna publicada en el diario español +El País+.
“La solidaridad es fundamental e incluso estructuración de este enfoque”, indicó el diplomático, precisando que la última iniciativa de los jefes de Estado africanos impulsada por el soberano “está en sintonía con este espíritu de unidad y está en consonancia con el compromiso inquebrantable del Reino con el continente”.
Para el embajador de Marruecos en Pretoria, “esta crisis sanitaria sin precedentes puede ser un flagelo o una bendición. Un flagelo, si África vuelve al status quo, o una bendición si convierte esta pandemia en una nueva oportunidad a través de una revisión sustancial de sus políticas y modus operandi”, explicando que en el caso del Consejo de Paz y Seguridad, es imperativo que la Unión Africana refuerce sus métodos de trabajo en términos de prevención y gestión de conflictos y consolidación de la paz en África.
Para hacer frente al Covid-19, África no solo tendrá que movilizar los recursos necesarios para limitar el número de víctimas, sino también gestionar la crisis y sus implicaciones a medio plazo en todas sus dimensiones sanitarias, económicas, financieras y sociales, estima Amrani, destacando que “el desafío para los países africanos es muy real y la capacidad del continente para hacerse cargo de su destino es una prioridad para nosotros”.
“Marruecos, gracias a la visión, el liderazgo y el compromiso de Su Majestad el Rey Mohammed VI, no ha escatimado esfuerzos para proteger a su pueblo y a su humanidad de un virus que hoy se enfurece indiferentemente de las peculiaridades y especificidades de cada uno de nuestros países. La solidaridad generalizada que se observa hoy en la sociedad marroquí es un ejemplo elocuente de este humanismo profundo e indiscutible que anima los corazones y las mentes de nuestros compatriotas”, prosiguió Amrani.
En la misma línea, el embajador marroquí indicó que frente a la adversidad del virus, Marruecos, “en toda su diversidad, se erige como un solo hombre con orgullo y patriotismo. La elegancia de un pueblo y la fuerza de una nación solo pueden ser la razón de este mal tiempo que estamos pasando”.
Según Amrani, la crisis del coronavirus constituye un “verdadero desafío” de la civilización con sus exigencias e imperativos de adaptación, prosiguiendo que las consecuencias de esta epidemia no se limitarán a una recesión económica, probablemente no vista desde 1929. También tendrá un efecto transformador en los Estados y las sociedades y, sin duda, conducirá a cambios significativos en la distribución del poder a nivel internacional.
“En la geopolítica ahora nuestros países están llamados a enfrentar nuevas realidades y tendrán que poner en marcha nuevas estrategias para poder hacer frente a los nuevos retos y los requisitos de protección de los más vulnerables entre nosotros. En última instancia, se trata de superar la geopolítica del miedo, la incertidumbre y la angustia”, sostuvo.
Para Amrani, Marruecos sería el punto de anclaje objetivo y eficiente de esta eventual relación entre los dos continentes, puesto que muchos factores lo habilitan para ser el protagonista decisivo en este nuevo posible acercamiento.
“Su estatus avanzado con la Unión Europea, y la credibilidad de la que goza en este continente, así como su liderazgo y las tradicionales e históricas relaciones con su espacio africano, lo catapultan para asumir el papel de intermediario entre las dos partes”, concluyó.