"Esta coalición podría marcar una inflexión, una verdadera inflexión, hacia esta sinergia que siempre hemos deseado", afirmó Bourita, elogiando los esfuerzos de Francia en este sentido.
"Es una actualización estratégica. Estamos seguros de que traerá más movilización, más apropiación y más coherencia. Estas son, creo, las palabras clave de la Cumbre de Pau del 13 de enero", dijo.
"Es la primera vez que tenemos una combinación tan prometedora de poder duro y seguridad humana en una misma iniciativa", continuó Bourita, estimando que "la Coalición por el Sahel tiene razón" y que "no hay estabilización sin desarrollo, como tampoco puede haber desarrollo sin estabilización".
Señaló que el problema inquietante de la seguridad en el Sahel se plantea desde hace casi dos decenios, dijo, lamentando que siga siendo "preocupante como lo subrayan los acontecimientos recientes" con, en particular, el deterioro de las condiciones de la seguridad en la región (el número de personas muertas en atentados terroristas se ha quintuplicado desde 2016), el aumento del radio de violencia y la desintegración del tejido social).
Además, el ministro subrayó que "la pobreza endémica y la inseguridad alimentaria persistente están empeorando" y que "la presión demográfica sigue pesando en los esfuerzos de desarrollo", juzgando que "por lo tanto, no se puede estar en desacuerdo con una Coalición en torno a esta misma conciencia del deber".
La Coalición por el Sahel, que congrega a unos 40 países y organizaciones regionales, tiene por objeto coordinar el esfuerzo militar y de desarrollo, así como la ayuda para el regreso del Estado sobre el terreno.