La reunión, que se celebró por videoconferencia, contó con la participación del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, y el presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas, el profesor Tijjani Muhammed Bande.
La conferencia también se caracterizó por la contribución, en calidad de panelistas, de eminentes dignatarios y responsables religiosos que representan a las tres religiones monoteístas, a saber, Ahmed Abbadi, secretario general de la Rabita Mohammadia de Ulemas de Marruecos, el cardenal Miguel Ángel Ayuso Guixot, obispo de la Iglesia Católica, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso del Vaticano, y el rabino Arthur Schneier, rabino principal de la Sinagoga Park East de Nueva York, fundador y presidente de la Fundación Llamamiento de la Consciencia.
Este excepcional panel también contó con la presencia de Miguel Ángel Moratinos, alto representante de la Alianza de Civilizaciones de las Naciones Unidas y Adama Dieng, consejero especial del Secretario General de las Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio.
Los embajadores de los Estados miembros de las Naciones Unidas participaron masivamente en esta reunión virtual, que Marruecos organizó con el fin de contribuir a los esfuerzos de la comunidad internacional, y en particular de las Naciones Unidas, para abordar las desastrosas consecuencias multidimensionales de COVID-19.
Esta reunión permitió destacar y apoyar firmemente el llamamiento hecho por el Secretario General de las Naciones Unidas el 11 de abril de 2020 a los líderes religiosos para que unan sus fuerzas para trabajar por la paz mundial y se centren en la lucha común contra el Covid-19.
La organización de esta conferencia y la destacada participación que la caracterizó consagran el papel de Marruecos, bajo el liderazgo ilustrado de Su Majestad el Rey Mohammed VI, como actor internacional y regional clave en la promoción del diálogo interreligioso e intercultural y el afianzamiento de los valores de la paz, la tolerancia, la dignidad humana y el respeto mutuo.
También está en consonancia con las iniciativas adoptadas por Marruecos, conforme a las altas orientaciones reales, para poner de relieve la contribución de los dirigentes religiosos a la promoción de la paz, la solidaridad, la unidad y la cohesión social.