"Esta ventaja comparativa incomparable se debe a que desde la primera hora de la pandemia, el Jefe del Estado, el Rey Mohammed VI, tomó toda la medida de la situación e implicó en una dinámica virtuosa al Gobierno, a la sociedad civil, a los mecanismos del Estado, a las fuerzas vivas de la nación, etc.", escribe Mounir Siraj, el autor de este artículo titulado "La democracia y la paradoja política".
En este contexto, Siraj señaló que "el resultado está aquí hoy. El confinamiento funciona. El sistema de salud responde. Las mascarillas se venden en las farmacias. El número de personas curadas aumenta. El número de pruebas también. El acompañamiento económico de la crisis es universal o casi". Sin embargo, "sólo queda una cosa, y es no perder la ventana que se abre ante nosotros para refundar, para este país, un nuevo pacto social en el marco de un nuevo modelo económico".
Por otra parte, Siraj destaca que algunos comentaristas estiman, en lo que respecta a Marruecos, especialmente a través de sus escritos, análisis o puntos de vista, que la falta de democracia ha favorecido la lucha contra el Covid-19. "Es interesante", dice irónicamente el autor, continuando en el mismo tono que "El hecho de que Marruecos lo haga mejor que otros: anticipación, pro-acción, cierre de fronteras +temprano+, confinamiento a tiempo, mascarillas disponibles, detección, pruebas, atención médica, etc. se debe al menos al azar o más bien a una aberración en la propagación del propio virus".
La paradoja sanitaria se convierte en una paradoja política, subraya Siraj, agregando que "si resistes al coronavirus es porque no eres democrático. Y si eres devastado por la pandemia, eres un país desarrollado o un país democrático”.