"En este contexto, la comunidad internacional debe permanecer unida y luchar no sólo para erradicar esta pandemia, sino también para construir sistemas de salud resistentes, capaces de absorber este tipo de choques y reaccionar rápidamente en el futuro", escribe la autora del artículo, Salma Daoudi.
En este sentido, Daoudi expuso los distintos enfoques adoptados por cinco Estados diferentes para frenar la propagación del COVID-19, particularmente Marruecos, Francia, Estados Unidos, Corea del Sur y China, "con el objetivo de identificar los principales éxitos y fallos que caracterizan la gestión de la pandemia en todo el mundo".
Su análisis evoca primero las medidas tomadas por Marruecos para contener la pandemia, y recuerda que el Reino fue uno de los primeros países en tomar la decisión de suspender sus enlaces marítimos y aéreos, aunque el número de casos en el país no superaba una decena.
Asimismo, la autora destaca que un profundo sentido de solidaridad nacional caracteriza, por ejemplo, la gestión de la crisis en Marruecos, donde el Gobierno duplicó las restricciones de desplazamiento, que fueron impuestas de manera estricta pero necesaria y las iniciativas sociales destinadas a proteger a los hogares de las repercusiones socioeconómicas causadas por la interrupción de la actividad económica.
A través de este artículo, Daoudi concluye que las lecciones aprendidas de "nuestras experiencias anteriores" con las pandemias subrayan la importancia de la cooperación en materia de salud y afirma que "ni los patógenos ni sus tormentos se detienen en las fronteras".