He aquí el texto íntegro del Discurso Real:
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,
Querido Pueblo,
La Marcha Verde ha sido y seguirá siendo la mejor expresión de la sólida cohesión entre el Trono y el Pueblo.
También ha constituido la mejor prueba de la capacidad del Soberano y del pueblo marroquí a relevar los desafíos que afronta la Nación.
He aquí una marcha permanente, ya que el espíritu que ha permitido la recuperación del Sahara en 1975, es el que hoy nos impulsa para llevar a cabo el desarrollo de todas las regiones.
Ello se aplica, por igual, a nuestras provincias del sur que, geográfica, humana y económicamente, constituyen un enlace entre Marruecos y África.
Querido Pueblo,
Marruecos ha mantenido constantemente una postura clara respecto a la marroquidad del Sahara y ha confiado en la justicia de su causa y legitimidad de sus derechos.
Por lo tanto, seguirá obrando, sinceramente y con buena voluntad, ajustándose al enfoque político exclusivamente adoptado por la ONU, y a las resoluciones del Consejo de Seguridad, con el fin de alcanzar una solución política realista, práctica y consensuada.
Debido a su seriedad, credibilidad y acertadas orientaciones, la iniciativa de autonomía viene a materializar esta solución que constituye la única vía para conseguir un arreglo, en el marco del total respeto de la unidad nacional y territorial del Reino.
Esta orientación ha sido consolidada al aumentar el número de países que no reconocen el ente fantasma, y que actualmente supera los 163 países.
Por otra parte, viene confirmada por las cooperaciones y acuerdos que unen a Marruecos con las grandes potencias y con un determinado número de países hermanos y amigos, abarcando la totalidad de las regiones del Reino, incluidas las provincias saharianas.
Querido Pueblo,
La Marcha Verde ha permitido a Marruecos recuperar sus provincias del sur.
A partir de entonces, el mapa del Reino cambió, sin que nos percatáramos de que Rabat venía a situarse en el extremo norte y que Agadir constituiría el verdadero centro del país.
De hecho, la distancia entre Agadir y Tánger es aproximadamente la misma que existe entre Agadir y las provincias saharianas.
No es razonable, pues, que la región de Sus-Massa esté en el centro de Marruecos y que algunas infraestructuras se detengan en Marraquech, a pesar de las potencialidades y recursos de que dispone la región.
Por esta razón, invitamos a llevar a cabo una seria reflexión, a fin de enlazar Marraquech y Agadir por vía férrea, en espera de extenderla a las demás regiones del sur, amén de potenciar la red de carreteras que obramos por reforzar con una autopista entre Agadir y Dajla.
Esta línea contribuirá a desenclavar estas zonas así como a promover su desarrollo y activar su economía, particularmente en el ámbito del transporte de viajeros y mercancías, potenciando las exportaciones y el turismo y demás actividades económicas.
De igual modo, constituirá una palanca para la creación de numerosas oportunidades de empleo, no sólo en la región de Sus, sino también en todas las zonas vecinas.
En efecto, la región de Sus-Massa debe convertirse en un centro económico que enlace el norte de Marruecos con su parte sur, desde Tánger en el norte y Uxda al este, hasta alcanzar nuestras provincias saharianas.
Todo ello en el marco de la regionalización avanzada y la distribución equitativa de las riquezas entre todas las regiones.
Efectivamente, el Marruecos que deseamos debe erigirse sobre regiones coherentes y complementarias, que se beneficien, sobre el mismo pie de igualdad, de las infraestructuras y de los grandes proyectos que deben favorecer a todas las regiones.
En este sentido, el desarrollo regional ha de basarse sobre la cooperación y la complementariedad entre las regiones. Además, cada región ha de disponer de una gran zona de actividades económicas, en función de sus potencialidades y particularidades.
Por otra parte, se ha de obrar por la implementación de las políticas sectoriales, a escala regional.
En este sentido, queremos insistir en que la nueva dinámica que Hemos lanzado en el seno de las instituciones estatales, tanto gubernamentales como administrativas, ha de abracar igualmente el ámbito regional.
Querido pueblo,
Nuestro empeño en realizar un desarrollo equilibrado y equitativo en todas las regiones del Reino sólo es comparable a Nuestro compromiso de establecer relaciones sanas y fuertes con los Estados magrebíes hermanos.
La situación actual en la región y en el espacio mediterráneo, nos interpela a todos, invitándonos a actuar de manera positiva, habida cuenta de las oportunidades y desafíos que comporta:
Efectivamente, enormes son las esperanzas y expectativas, y múltiples y complejos los desafíos que, lamentablemente, no son tomados en serio por algunos.
En realidad, nuestro enemigo común es la inercia y el débil desarrollo que padecen nuestros cinco pueblos.
Querido pueblo,
El Sahara marroquí constituye la puerta de entrada de Marruecos hacia el África subsahariana.
En efecto, y desde Nuestra accesión al Trono, Hemos colocado nuestro continente en el centro de Nuestra política exterior. En este sentido, Hemos efectuado numerosos visitas a diferentes países africanos, y mil acuerdos aproximadamente fueron firmados, abarcando el conjunto de los ámbitos de cooperación.
Todo ello ha redundado de manera palpable sobre el lugar económico, político, cultural y religioso que Marruecos ocupa dentro del continente.
Así pues, resueltos estamos a hacer de Marruecos un actor principal en la edificación del África del futuro.
Por otra parte, aspiramos a elevar el nivel de los intercambios comerciales y de las inversiones marroquíes en el continente, lanzando una nueva etapa basada en el beneficio compartido.
En efecto, la realización de tales objetivos queda supedita al cumplimiento de los compromisos contraídos por Marruecos y a su voluntad de seguir consolidando su presencia en África.
Querido pueblo,
A todos nos incumbe la responsabilidad de preservar la unidad nacional e integridad territorial de nuestro país, promoviendo el desarrollo global en todas sus regiones.
A todos nos corresponde, igualmente, seguir afianzando las relaciones humanas, económicas y políticas que unen al Reino de Marruecos y los países africanos, renovando de este modo nuestra lealtad al juramento de la Marcha Verde y a la memoria de su artífice, Nuestro Venerado Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios tenga en su Santa Gloria, y a todos los marroquíes libres que se han sacrificado por la libertad y desarrollo de Marruecos, en el seno de la unidad, seguridad y estabilidad.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".