He aquí el texto íntegro del mensaje Real:
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor enviado de Dios, su familia y compañeros.
Señoras y Señores Ministros,
Señoras y Señores Alcaldes y Representantes de las entidades locales,
Excelencias, Señoras y Señores,
Saludamos el establecimiento de la «Campaña de ciudades africanas sin niños de la calle» y, en particular, la iniciativa que constituye su versión piloto en Marruecos: «Ciudad de Rabat sin niños en las calles».
De los 120 millones de niños de la calle en el mundo, más de 30 millones sobreviven en nuestro continente. Por lo tanto, uno de cada cuatro niños de la calle es africano.
Esta cifra no solo es abrumadora, sino que está también en contradicción con los valores ancestrales de nuestras sociedades africanas, fundados sobre la solidaridad y la primacía de la familia.
Al igual que otros países de África y del mundo, desafortunadamente Marruecos no es inmune al desafío que representa el problema de los niños sin hogar. Es ceguera no ver este desafío y una falta de lucidez subestimarlo.
Desde Nuestro advenimiento al Trono de Nuestros Gloriosos Antepasados, Nuestra acción se basa en la profunda y firme convicción de que no se puede invocar ninguna fatalidad para justificar la resignación.
Aceptar -por negación, capitulación o indiferencia- el abandono de niños en nuestras calles es consentir, a diario, una afrenta a nuestra propia humanidad. ¡Tal actitud es inaceptable!
No se trata de limitarse únicamente a la ceremonia de lanzamiento de la Campaña, ni de iniciarla sin llevarla a cabo, sino de realizar, en un plazo inferior a tres años, el compromiso efectivo, estructurado y sostenible de las ciudades llamadas a reducir la vulnerabilidad infantil.
Por ello, nuestra ambición, a través de esta campaña, reside en movilizar al mayor número de ciudades y territorios africanos, para que se emprendan acciones tangibles y se inyecte una dinámica nacional y continental concreta.
Excelencias,
Señoras y Señores,
En Marruecos, la defensa de la causa de los niños es objeto de un consenso nacional. A la acción del Estado, se suma el compromiso humanista y resuelto de la sociedad civil.
En asociación con «Ciudades y Gobiernos Locales Unidos de África», y con el apoyo de UNICEF, el Observatorio Nacional de los Derechos del Niño se compromete hoy a apoyar esta acción de gran envergadura.
Un comité de expertos y de supervisión institucionalizará estos compromisos, supervisará las acciones emprendidas en las ciudades africanas y mejorará las herramientas de intervención a favor de la infancia.
La movilización de todas las partes interesadas nacionales, ha podido conducir a profundas reformas jurídicas, institucionales, económicas y sociales.
Se trata, por ejemplo, de la adopción de una política de protección integrada de la infancia en Marruecos, y de un marco de acción decenal, así como de iniciativas como el programa Indimaj que tiene por vocación erradicar el fenómeno de los niños que viven o trabajan en las calles.
Determinadas unidades de protección infantil o el SAMU social ofrecen asistencia de emergencia, mientras que las escuelas de segunda oportunidad o la formación profesional brindan soluciones adecuadas y sostenibles.
Sin embargo, a pesar de los laudables avances realizados, mucho queda por hacer.
La protección de los niños no se limita a su defensa contra el menoscabo de su integridad física, moral y psicológica, sino que también implica la creación de condiciones para el desarrollo económico, social y cultural.
Proteger a los niños no significa únicamente liberarlos del miedo, sino también preservarlos de la necesidad y ofrecerles las condiciones de respeto absoluto.
El desafío está a la altura de la apuesta: la dignidad, la paz, la reducción de la pobreza, la erradicación del hambre, la promoción de la salud, la educación de calidad garantizada para todos, la igualdad entre niños y niñas, el acceso al agua potable y al saneamiento son imperativos importantes para la protección de los niños.
Son igualmente prioridades y objetivos que ocupan el centro de la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible, que representa un verdadero catalizador de la cooperación internacional.
En tanto que africanos, nos corresponde a todos, sacar provecho de la asociación mundial en torno a esta Agenda, a fin de avanzar por la vía del desarrollo sostenible y plena realización de la población, especialmente de la infancia.
En realidad, este desafío está a nuestro alcance y requiere una toma de conciencia, un enfoque de acción coherente e inclusivo, así como una movilización inmediata y efectiva de los electos y responsables, a fin de que se garantice el derecho de todos los niños.
Los niños han de estar en las escuelas, no en las calles. Reafirmamos que la educación de los niños es una prioridad absoluta, porque a través de la misma comienza su protección.
La educación, de innegable efecto multiplicador y de inevitable realización, debe ocupar el centro de nuestras acciones.
Excelencias,
Señoras y Señores,
En Mi discurso ante la 29ª Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana en Addis Abeba, había resaltado el imperativo de implementar "una política voluntarista orientada hacia la juventud, que canalizará la energía para el desarrollo del continente".
Esta política, tan necesaria en el día de hoy, debería abarcar la protección de la infancia africana en tanto que uno de sus ejes principales.
Deberíamos conjugar nuestros esfuerzos para superar el abandono del que a menudo son víctimas los niños en nuestras ciudades africanas.
La vida cotidiana de un niño, dejado de la mano de Dios, en las calles de las ciudades, es como un viaje fraguado de peligros, durante el cual su supervivencia es constantemente amenazada.
Entregado a la miseria y a las injusticias, el niño es una presa fácil. A menudo es arrancado del hogar familiar y explotado, exponiéndose a los malos tratos, a las drogas y a los riesgos de la migración juvenil.
Esto significa que las ciudades africanas y las comunidades urbanas del continente deben estar a la vanguardia de la lucha contra el fenómeno de los "niños de la calle".
Hoy, a raíz de esta Cumbre de Africiudades y frente a una problemática ante la cual muchos se han rendido, ustedes, Responsables de las ciudades, alcaldes, representantes electos y gobernadores, deberán movilizarse para poner en el centro de la descentralización, las cuestiones relativas a la infancia, en general, y aquellas de los niños de la calle, en particular.
A través de este compromiso, incitamos a llevar a cabo un cambio de perspectiva: restablecer los contactos directos con el terreno, para hallar soluciones concretas y tangibles.
En efecto, con demasiada frecuencia, el problema de la infancia es relegado a proyectos o entidades considerados como secundarios. Todo ello debe concernirnos a todos, ser la responsabilidad de todos y convertirse en la prioridad de todos.
Excelencias,
Señoras y Señores,
El futuro de nuestras ciudades y naciones depende de lo que hoy ofrecemos a nuestros hijos. Además, nuestros hijos en situación de precariedad no son invisibles; todo lo contrario, están presentes y también constituyen el Futuro.
La salvaguarda de la infancia es asunto de todos y los sistemas de su protección deben ser fortalecidos. Nos colma de alegría saber que, al igual que Marruecos, la mayoría de los países hermanos africanos han emprendido en este camino.
Podemos multiplicar nuestras capacidades nacionales, uniendo nuestros esfuerzos a escala regional y continental. He aquí el significado de esta campaña panafricana de "Ciudades africanas sin niños de la calle", que busca colocar a la infancia en el centro de las políticas urbanas del continente.
Sin la protección de la infancia africana, África no podrá relevar el desafío de su emergencia. Sin una protección reforzada de las generaciones futuras, África no podrá sacar provecho de su dividendo demográfico. Es hora de actuar: nos corresponde hacer que las ciudades africanas sean verdaderamente dignas de sus hijos.
Es hora de colocar la cuestión de la infancia en el centro de la Agenda pública.
Muchas gracias.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".