He aquí el texto íntegro del Discurso Real:
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor enviado de Dios, su familia y compañeros
Querido pueblo,
Para tratar las grandes cuestiones del país, hemos adoptado un enfoque eficiente, basado en la acción seria y en el espíritu de responsabilidad, en lo tocante a la vida interna, así como en la claridad y ambición, como dos principios de nuestra política exterior.
Tratándose de las posturas y reacciones, nuestra acción ha tenido y sigue teniendo como fundamentos, con todos, dichos principios, particularmente con nuestros hermanos, amigos y vecinos.
Sentado esto, quiero abordar la realidad de la división y disgregación que conoce el espacio magrebí, en flagrante e insensata contradicción con cuanto une a nuestros pueblos como vínculos fraternales, unidad religiosa y lingüística, así como historia y destino común.
Dicha realidad no concuerda con la ambición que animaba a la generación de la liberación e independencia para realizar la unidad magrebí; una ambición entonces materializada en la Conferencia de Tánger de 1958, cuyo 60 aniversario celebramos.
Con anterioridad a este hecho, la postura del Reino había contribuido al apoyo de la Revolución argelina y al afianzamiento de las relaciones entre el Trono marroquí y la Resistencia argelina, asentando las bases de la conciencia y acción política magrebí común.
Durante largos años, juntos combatimos la colonización hasta lograr la independencia. En este sentido, bien nos conocemos; numerosas son las familias marroquíes y argelinas unidas por vínculos familiares y de sangre.
También entendemos que los intereses de nuestros pueblos se hallan en la unidad, complementariedad e integración, sin tener que recurrir a una tercera parte para intervenir o interceder entre nosotros.
Sin embargo, debemos ser realistas y reconocer que la situación que atraviesan las relaciones entre los dos países no es normal ni tampoco aceptable.
Tengo a Dios por testigo que, desde mi accesión al Trono, vengo reclamando sinceramente y con buena intención, la apertura de las fronteras entre los dos países y la normalización de las relaciones marroquí-argelinas.
Con total claridad y responsabilidad, reafirmo hoy, que Marruecos está dispuesto a emprender un diálogo directo y sincero, con Argelia hermana, a fin de superar las diferencias circunstanciales y objetivas que obstaculizan el desarrollo de las relaciones entre los dos países.
Con este objetivo, propongo a nuestros hermanos en Argelia la creación de una herramienta política común, para el diálogo y la concertación, fijando de común acuerdo el nivel de representatividad en la misma, así como su forma y naturaleza.
Quiero asegurar que Marruecos permanece abierto a las propuestas e iniciativas que Argelia podría presentar, con el fin de superar el estado de estancamiento que conocen las relaciones entre los dos países vecinos y hermanos.
La misión de dicha herramienta consistiría en el estudio de todas las cuestiones planteadas, con total franqueza, objetividad, sinceridad y buena fe, con una agenda abierta y sin condiciones o excepciones.
También podría constituir un marco práctico para la cooperación en las distintas cuestiones bilaterales, particularmente en lo que se refiere al aprovechamiento del potencial y posibilidades de desarrollo que la región magrebí posee en abundancia.
Por otra parte, va a contribuir en el refuerzo de la coordinación y concertación bilateral, a fin de levantar los retos regionales e internacionales, sobre todo en lo que se refiere a la lucha contra el terrorismo y al tratamiento de la cuestión migratoria.
En este contexto, queremos reiterar nuestro compromiso de trabajar mano a mano, con nuestros hermanos en Argelia, en el seno del respeto total de sus instituciones nacionales.
Dados los sentimientos de amistad y consideración que guardamos a los dirigentes y pueblo argelinos, Marruecos no va a escatimar ningún esfuerzo por asentar nuestras relaciones bilaterales sobre bases sólidas de confianza, solidaridad y buena vecindad, haciendo honor a las palabras de nuestro Abuelo, sobre Él sean la oración y el saludo, al decir: "Tanto fue la insistencia del Arcángel Gabriel recomendándome al vecino, que en un momento creí que le quería hacer heredero".
Querido pueblo,
El lanzamiento de la Marcha Verde, cuyo cuadragésimo tercer aniversario celebramos en el día de hoy, constituyó un momento crucial dentro de la permanente lucha que llevamos a cabo para completar la integridad territorial del país.
Este proceso fue marcado por la fuerte cohesión entre Trono y pueblo, así como por el carácter pacífico y escalonado que caracterizó la recuperación de nuestras provincias del sur.
Efectivamente, el pasado mes de abril, conmemoramos el sexagésimo aniversario de la recuperación de Tarfaya; dentro de unos meses, vamos a celebrar el quincuagésimo aniversario de la recuperación de Sidi Ifni; después será el turno del cuadragésimo aniversario de la recuperación de Uad Eddahab.
He aquí unos acontecimientos históricos que permitieron a la totalidad del pueblo marroquí, y sobre todo a las tribus saharauis, manifestar una unanimidad, sin precedentes, en torno a la adhesión a la marroquidad del Sahara.
Henos aquí, en el día de hoy, vinculando el pasado con el presente y continuando la defensa de nuestra integridad territorial, con la misma claridad, ambición, responsabilidad y acción seria, tanto a escala interna como ante Naciones Unidas.
Esta claridad se refleja en los inamovibles principios y firme referencial que cimientan la postura marroquí, y que Hemos fijado en Nuestro Discurso con ocasión del cuadragésimo segundo aniversario de la Marcha Verde. Se trata del mismo referencial que ha constituido las bases de Nuestra constante acción, hasta el día de hoy.
Dicha claridad se manifiesta igualmente en el rigor y firmeza con que son tratados los diferentes excesos, cualquiera que fuera su origen, que buscan atentar contra los legítimos derechos de Marruecos o desviar el proceso de arreglo, de las bases referenciales establecidas.
La ambición, en tanto que principio que rige nuestra política exterior, busca la sincera cooperación de Marruecos con el Señor Secretario General de la ONU, apoyando los esfuerzos de su Enviado Personal, con el fin de asentar un proceso político serio y digno de credibilidad.
Otro tanto vienen a reflejar las constructivas iniciativas y la interacción positiva de Marruecos con los diferentes llamamientos internacionales, a fin de presentar propuestas prácticas, susceptibles de hallar una solución política duradera, realista y consensuada, en el marco de la iniciativa de autonomía.
Marruecos permanecerá convenido de la necesidad de que la ONU, mediante los constantes esfuerzos que despliega en el seno de esta nueva dinámica, saque lecciones de las experiencias del pasado, para evitar los obstáculos y deficiencias que salpicaron el proceso de Manhasset.
A escala interior, continuamos obrando por poner término a la política rentista y de privilegios, al tiempo que rechazamos todo tipo de extorsión o tráfico con la causa de la integridad territorial del Reino.
Tampoco escatimamos esfuerzo alguno en promover nuestras provincias del sur, en el marco del nuevo modelo de desarrollo, para que el Sahara marroquí recupere su papel histórico de precursor y punto de enlace, entre Marruecos y su profundidad africana, tanto geográfica como histórica.
Paralelamente, la puesta en aplicación de la regionalización avanzada contribuye a la eclosión de una verdadera élite política, que representa de manera democrática y efectiva a los habitantes del Sahara, garantizándoles el derecho a la autogestión de sus asuntos locales y la realización del desarrollo integrado, dentro de un clima de libertad y estabilidad.
Querido pueblo,
Siguiendo esta misma vía, Hemos decidido que la vuelta de nuestro país al seno de la Unión Africana, tenga lugar dentro de la claridad y la ambición.
En efecto, el regreso de Marruecos a su familia institucional, no responde al objetivo de defender la causa del Sahara marroquí, cuya posición comparte la mayoría de los países africanos, sino más bien procede del orgullo que sentimos por nuestra pertenencia a este continente, y de nuestro compromiso por integrar la dinámica del desarrollo que conoce, contribuyendo a la superación de los diferentes desafíos que afronta, sin descuidar nuestros legítimos derechos e intereses supremos.
En este sentido, queremos encomiar las últimas resoluciones emanadas de la Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, celebrada en Nuakchot, que se hallan en armonía con las posiciones y principios internacionales al respecto.
Esta constructiva posición representa una victoria de la sensatez y profundidad de miras, a la vez que constituye una ruptura con las maniobras que se han ido reproduciendo en el seno de la Unión Africana, y que no han hecho sino desperdiciar un valioso tiempo para África y sus pueblos, que se podía haber aprovechado para promover el desarrollo y realizar la integración.
Con idéntico espíritu, Marruecos se empleará en invertir en cooperaciones económicas eficientes y generadoras de riquezas, con diferentes Estados y agrupamientos económicos, incluida la Unión Europea. Sin embargo, toda cooperación que atente contra nuestra integridad territorial, será rechazada.
Empeñados estamos en que tales cooperaciones aporten beneficios directos, sobre todo, a los habitantes del Sahara marroquí, repercutiendo positivamente sobre sus condiciones de vida, dentro de su país y en el seno de la libertad y la dignidad.
Querido pueblo,
La conmemoración de la Marcha Verde no constituye únicamente la celebración de una efeméride histórica, con todo el simbolismo e inamovibles principios patrióticos que comporta, sino más bien materializa la fe del pueblo marroquí en su legítimo derecho de completar la integridad territorial del Reino y el sólido compromiso de sacrificarse en su defensa.
He aquí un camino continuamente consolidado, fundado sobre la unanimidad nacional y la movilización global, a fin de impulsar el desarrollo integrado y salvaguardar la unidad, la seguridad y la estabilidad del país.
Ello es la mejor prueba de fidelidad a la memoria de su artífice, Nuestro Venerado Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios tenga en su Santa Gloria, y a la límpida memoria de los virtuosos mártires de la Patria.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".