SM el Rey dirige un mensaje a los participantes en la segunda Conferencia Internacional sobre el Diálogo de las Culturas y de las Religiones
10 Septiembre 2018
He aquí el texto íntegro del mensaje real cuya lectura fue dada por el ministro de Estado encargado de los derechos humanos, Mustapha Ramid.
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor enviado de Dios, su familia y compañeros
Sr. Director General de la Organización Islámica para la Educación, las Ciencias y la Cultura,
Señora Presidenta, Secretaria General de la Organización Internacional de la Francofonía,
Excelencias,
Señoras y Señores,
Nos complace dirigirnos con el presente mensaje a esta importante Conferencia, que reúne a un selecto grupo de defensores de los valores de la paz y del diálogo, en la ciudad de Fez, capital espiritual y cultural del Reino de Marruecos.
La elección de esta ancestral ciudad para albergar la 2ª edición de la Conferencia Internacional sobre el Diálogo de Culturas y Religiones, no es una mera casualidad, ya que esta capital siempre fue una tierra de diálogo y un símbolo de tolerancia, convivencia y difusión de los valores espirituales.
Queremos aprovechar esta ocasión para poner de manifiesto los continuos esfuerzos desplegados por la ISESCO y la OIF para consolidar el acercamiento entre las civilizaciones, la interacción y el diálogo entre los pueblos. También encomiamos los esfuerzos y el compromiso personal de la Sra. Michaëlle Jean y del Dr. Abdulaziz Ben Othman Attawaijri.
La organización de esta conferencia en el Reino de Marruecos atestigua el reconocimiento por parte de la comunidad internacional del compromiso continuo de esta tierra para con el diálogo de culturas y religiones, y su preponderante papel como miembro fundador de la Alianza de Civilizaciones, que moviliza los esfuerzos de los actores nacionales e internacionales para consolidar los valores de paz y seguridad.
Con la organización de esta conferencia, nuestro país quiere enviar una fuerte señal para desencadenar una nueva dinámica que a todos permita crear juntos las pistas y formas innovadoras, que garanticen el respeto de la pluralidad cultural y religiosa y la común adhesión a los valores del diálogo, la convivencia y el respeto del otro.
Este foro, que aquí nos reúne en el día de hoy, está llamado a profundizar la reflexión en torno al diálogo y el entendimiento entre las civilizaciones, sensibilizando a todos hacia la imperiosa necesidad que de ello tenemos. El mundo en que hoy vivimos requiere mucho más que nunca, probidad y vigilancia, así como la participación en la edificación de un nuevo orden de paz mundial.
Por lo que se refiere a la probidad, se ve requerida por la moral y la conciencia, en tanto que dos fuentes de la verdad. Por su parte, la vigilancia, viene a ser un requisito impuesto por la naturaleza de las mutaciones que caracterizan nuestra época, con la celeridad y prudente interacción necesarias.
Con respecto al nuevo orden de paz mundial, es deseo Nuestro que fuera forjado con la participación de todos, sobre la base de la convivencia y la aceptación de la pluralidad y la diferencia, lo que puede facilitar la edificación y progreso, así como afianzar la seguridad, el desarrollo y la prosperidad.
Excelencias, Señoras y Señores,
La hospitalidad, una virtud de los marroquíes, también abarca la generosidad del alma; en su medio y espacio se albergan respeto y alteridad, prosperando la diversidad cultural. Hemos podido materializar este carácter que ha hecho de Marruecos un país de la diversidad y la variedad, en el seno de la unidad nacional, a través de una serie de iniciativas nacionales, regionales e internacionales.
Continuamente Hemos alentando tales nobles valores desde Nuestra accesión al Trono, y no Hemos escatimado ningún esfuerzo por consolidar los logros acumulados por Marruecos a través de las épocas.
El modelo marroquí viene a ser único a escala regional, gracias a su Constitución, su realidad cultural y su larga historia que testimonia del arraigo de la convivencia, particularmente entre musulmanes y judíos sobre su suelo, así como su apertura sobre las demás confesiones.
Este genuino modelo, cuyas referencias se remontan al Emirato de los Creyentes, y a la doctrina sunní y malekí, conoció una serie de reformas profundas. Entre sus objetivos figura la protección de la sociedad marroquí contra los peligros de la explotación ideológica de la religión, preservándola contra las nefastas instrumentalizaciones de los actores de la subversión, mediante una formación religiosa ilustrada y convencida de los valores del término medio, la moderación y la tolerancia.
Entre los elementos estructurales de esta orientación figura la Carta de los Ulemas del año 2008, el Plan de apoyo al encuadramiento religioso local, la habilitación de las escuelas de enseñanza religiosa y la reforma de la asignatura de religión en los programas escolares.
En este contexto, Marruecos lleva a cabo la formación de los imanes y asesores que desempeñan sus funciones en Marruecos, África y Europa. De igual modo, obra por desmontar los discursos rigoristas, recurriendo a un discurso alternativo que llama a la tolerancia, a la paz y a la convivencia. También obramos por consolidar la política de proximidad a los ciudadanos, orientándoles, particularmente a través del Consejo Superior de Ulemas y de los consejos locales de Ulemas.
También iniciamos proyectos de restauración de cementerios judíos, rehabilitar los barrios judíos antiguos denominados Mellahs, y los sitios religiosos judíos, de manera general.
En Marruecos no hay diferencia entre ciudadanos musulmanes y judíos; sus respectivas fiestas religiosas son ocasiones para la participación de unos y de otros. Nuestros ciudadanos judíos cumplen con sus oraciones en sus sinagogas y practican sus ritos religiosos con total seguridad, sobre todo con ocasión de las celebraciones anuales y sus visitas a los sitios religiosos judíos, a la vez que obran a favor de los intereses de su patria madre junto con sus compatriotas musulmanes.
En cuanto a los cristianos, estén de paso o residan en Marruecos, siempre han tenido el derecho de celebrar su culto en sus iglesias; algunos de nuestros antepasados, sultanes de Marruecos, ofrecieron parcelas para la construcción de iglesias que siguen celebrando su culto hasta el día de hoy.
A través de la historia, la sociedad marroquí ha dado la prueba de un alto sentido de entendimiento con el otro y de su aceptación, en el seno de un compromiso firme, hacia la necesaria preservación de la memoria común de convivencia y cohabitación entre los adeptos de las tres religiones, sobre todo a través de la época andalusí.
Excelencias, Señoras y Señores,
La coexistencia de las culturas se halla íntimamente vinculada a la cultura del diálogo. En este sentido, el diálogo de culturas requiere el entendimiento entre los pueblos a través del establecimiento de un diálogo sincero y permanente.
He aquí lo que distingue la experiencia marroquí que viene a cristalizar la coexistencia entre las culturas a través de la unidad de Marruecos, forjada mediante la fusión de sus componentes árabe, amazig y sahrauí hassaní, enriquecidos por sus afluentes africano, andalusí, hebreo y mediterráneo.
Marruecos siempre ha estado comprometido con la vía de un Islam moderado basado esencialmente sobre los ideales universales, entre los que se cuentan los valores de la tolerancia y el diálogo. La tolerante religión islámica se forjó sobre la aceptación del otro y sobre el término medio, rechazando la coerción y respetando la pluralidad, en armonía con la voluntad divina, ya que Dios todopoderoso dijo en la azora de la Mesa: «si lo hubiera deseado, habría hecho de vosotros una sola nación» (Sagrado al Corán)
Excelencias, Señoras y Señores,
Consideramos que el presente encuentro constituye una oportunidad idónea para evaluar los logros realizados en el marco de la implementación del Llamamiento de Fez, que viene a constituir un primer jalón en el Proceso de Fez que, a su vez, insiste sobre la acuciante necesidad de crear nuevas formas de interacción y entendimiento entre las civilizaciones.
La proliferación de los conflictos ideológicos, de las discriminaciones étnicas y de las violencias intercomunitarias, requiere una acción conjunta, llevada a cabo de manera solidaria y eficiente. En efecto, nada puede mermar esta voluntad de acción, necesaria y esencial, para consolidar los logros y abrirse sobre las perspectivas del futuro, mediante un plan de acción operativo y un mecanismo de seguimiento ad-hoc.
Ello requiere la implicación del conjunto de actores concernidos así como de la comunidad internacional y de todas las buenas voluntades, con el fin de hacer frente a las perturbaciones y conflictos que conoce el mundo, caracterizados por el cuestionamiento de los criterios y referenciales comunes, lo que favorece el recrudecimiento de la intolerancia, el repliegue identitario, la violencia y el extremismo.
Si la propia definición de civilizaciones se fundamenta en los elementos compartidos por la humanidad, que se hallan a la base de su aportación a la aparición de las ciencias, las artes, la moral y las técnicas, resulta ilógico que hoy se hable de un eventual choque de civilizaciones. En efecto, todo choque comporta algún tipo de violencia o exclusión, mientras que las civilizaciones son un tejido que se urde gracias a la paz, el diálogo, la cooperación, la consideración y la creatividad.
Ante esta situación, nuestro encuentro de hoy constituye una oportunidad para intercambiar experiencias y pericias, así como para compartir las buenas prácticas en este ámbito.
Es igualmente una ocasión para recordar que el secreto de la cultura de coexistencia en la que creemos y cuyas raíces se hallan profundamente arraigadas en la historia, consiste precisamente en su capacidad de evolución y adaptación a las diferentes mutaciones que conoce este mundo, marcado por la contracción de las fronteras espaciales y temporales.
Como ejemplo de ello tenemos la aparición de nuevas formas de conflictos que han impuesto un cambio global en el modelo mundial de tratamiento de la migración, redefiniendo nuevos prototipos de comunicación relativos a este fenómeno.
Si algunos contemplan la migración como un fenómeno que implica diferentes retos, Marruecos la considera como una oportunidad que no hay que dejar de aprovechar, confirmando así su orgullo por su profundidad africana, ya que el Reino acoge un número cada vez más importante de emigrantes subsaharianos, gracias a la política migratoria humanista y voluntarista que adoptamos.
En este sentido, Marruecos acogió, con toda naturalidad, a personas procedentes de países hermanos y amigos, de diferentes religiones, culturas y tradiciones familiares, respetando sus ritmos de vida sobre esta tierra africana.
A escala nacional, esta política voluntarista se conforma con los compromisos internacionales contraídos por nuestro país. Esto ha quedado materializado, especialmente, en la organización de dos campañas de regularización, a favor de los migrantes, además de numerosos programas que buscan la integración de los migrantes y solicitantes de asilo, así como de sus familias.
Ante los discursos alarmistas, que ven en la migración un fenómeno demoledor, el Reino de Marruecos, cuya identidad fue nutrida por las sucesivas migraciones que en el mismo confluyeron, adopta un planteamiento singular y proactivo. En este sentido, ya se trate del ámbito internacional, regional, nacional o local, el Reino de Marruecos adopta una orientación humanitaria que toma en consideración los contextos mundiales y locales, respetando los derechos y dignidad de los migrantes.
He aquí el mensaje que Hemos procurado dirigir a través de la Agenda Africana para la Migración, con ocasión de la 30ª Cumbre de los Jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Africana, celebrada en enero de 2018.
Tal Agenda, elaborada conforme a un enfoque inclusivo y asociativo, recoge las reflexiones, sugerencias y opiniones presentadas por un grupo selecto de actores, entre los que cuentan actores de la sociedad civil e investigadores. A través de esta Agenda, hemos obrado por corregir los diferentes prejuicios y estereotipos relativos a la migración.
Con idéntico compromiso y con la misma voluntad, Marruecos continuará obrando en esta misma dirección, particularmente de cara a las próximas citas, donde destacan la 11ª edición del Foro global sobre la migración y el desarrollo, previsto del 5 al 7 de diciembre, y la Conferencia internacional para la adopción del Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que tendrá lugar los días 10 y 11 del mismo mes.
Excelencias, Señoras y Señores,
Esperamos que el encuentro de hoy sea una respuesta fuerte y colectiva a la fragmentación de los esquemas referenciales y al repliegue identitario, así como al fanatismo, la xenofobia, la intolerancia, el extremismo y demás tipos de discriminación. Por otra parte, para que nuestra acción conjunta sea eficiente, tiene que llevarse a cabo dentro de la continuidad, la globalidad y la adaptación con las mutaciones que vivimos.
La voluntad individual, por muy importante que fuere, no es suficiente. Solo la voluntad colectiva, en la que se conjugan los esfuerzos de los gobiernos, la sociedad civil, los medios de comunicación, los académicos y todos los ciudadanos, es capaz de hacer frente a las oleadas del ostracismo y el extremismo intelectual.
Efectivamente, el diálogo de culturas y religiones no es un concepto abstracto destinado a mentes refinadas, sino más bien un camino que requiere, además de la voluntad, una profunda convicción, un fuerte compromiso y una acción seria, vinculando en todo momento la palabra al acto.
Cinco años tras la celebración de la primera edición, que ha producido un distinguido impacto en este ámbito, hoy aspiramos a hacer de este encuentro un pilar fundamental para la difusión cultural e intelectual, así como para la cultura del diálogo y de la convivencia.
Al darles la bienvenida como generosos huéspedes en tierras marroquíes, imploro al Todopoderoso culmine sus trabajos con éxito, aportando su favor a los esfuerzos que desplegáis en pro del derecho y la paz, con vistas a asentar los jalones necesarios para la implementación sobre el terreno del Proceso de Fez y la promoción de los valores de tolerancia, respeto e interacción entre religiones, pueblos y civilizaciones.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".