Las relaciones entre África y Europa han estado desde siempre marcadas por los movimientos humanos y flujos migratorios. Decenas de miles de migrantes africanos intentan diariamente llegar a Europa, a menudo poniendo en riesgo sus propias vidas, indicó el Soberano en un discurso ante la Cumbre Unión Africana-Unión Europea, que se abrió hoy miércoles en Abiyán.
“Nuestros agrupamientos regionales podrían haber sido más eficaces frente a esta situación. Con mucha razón podríamos pensar que si la UMA hubiera tenido existencia real, habríamos sido más fuertes frente a este reto”, afirmó SM el Rey.
“Desgraciadamente, hay que lamentar el que la UMA no tenga existencia! Y los flujos migratorios, favorecidos por los conflictos regionales, a menudo son la presa de las diversas redes de tráfico, que van desde los estupefacientes hasta las filiales terroristas”, lamentó el Soberano, afirmando que “Marruecos, mi país, paga este tributo desde hace tiempo y lo sigue pagando hasta el día de hoy”.
“Por su posición geográfica, algunos países se han visto obligados a convertirse en tierra de inmigración. En este sentido, Marruecos lo fue desde su origen, y a partir de su independencia, se sucederán de manera constante diferentes olas migratorias. Nuestros socios europeos y magrebíes conocen bien esta realidad”, agregó SM el Rey.
En África, la noción de fronteras surgió tras las independencias. Durante el período postcolonial, el tratamiento de la cuestión migratoria sólo conoció un tímido éxito, al ser constantemente abordada, no como una fuente de soluciones y oportunidades, sino más bien de amenazas y desesperación, lamentó SM el Rey, agregando que “en nuestra historia contemporánea, la inmigración ha adquirido una connotación negativa, ya que es asociada a la droga y a otros tráficos, o incluso a los nefastos efectos del cambio climático”.
“En el imaginario colectivo de nuestra época, la inmigración es asociada, en definitiva, a las plagas de la pobreza, la precariedad, la inestabilidad, o incluso a la muerte”, destacó SM el Rey.
“No muy capaces o poco deseosos de comprender las causas profundas que subyacen al fenómeno migratorio, se petrifica y se generaliza en representaciones estereotipadas, a través de rompimientos de personas sin trabajo y sin recursos, y con perfiles a veces sospechosos”, lamentó el Soberano, anotando que “podríamos caer en la tentación de hacer reproches a las poblaciones europeas que temen semejante afluencia humana, percibiéndola como una amenaza. No nos engañemos, desgraciadamente, estos temores no siempre carecen de fundamento”.
En este contexto, SM el Rey llamó a la acción para encontrar soluciones eficaces a este fenómeno. “Queremos insistir en que ha llegado la hora de la acción. ¿O vamos a encontrar soluciones eficaces o permaneceremos condenados a seguir en una lógica de desconfianza? Quiero afirmar con fuerza que podemos actuar. Pero no lo podemos hacer todo, y sobre todo que no lo podemos hacer solos. Hay que decir que la política europea sobre esta materia debe evolucionar”, preconizó SM el Rey.
“En el día de hoy, se impone una nueva visión: se trata de hacer de la inmigración un tema de debate sereno y de intercambio constructivo”, afirmó SM el Rey.