En esta entrevista calurosa e impregnada de sinceridad y concordia, los dos Jefes de Estado acordaron trabajar juntos, mano a mano, para proyectarse hacia un futuro prometedor, máxime que Marruecos y Sudáfrica son dos centros importantes de estabilidad política y de desarrollo económico, respectivamente, en el extremo norte y el extremo sur del continente.
También acordaron mantener un contacto directo y embarcarse en una asociación económica y política fecunda para construir relaciones fuertes, perennes y estables y superar así el estado que caracterizaba las relaciones bilaterales durante décadas.
A este respecto, SM el Rey y el Presidente Zuma decidieron que el marco de la representación diplomática sea incrementado a través del nombramiento de embajadores de alto nivel tanto en Rabat como en Pretoria.
Esta audiencia tuvo lugar en presencia, del lado marroquí, del consejero de SM el Rey, Fouad Ali El Himma, y el Ministro de Asuntos Exteriores y Cooperación Internacional, Nasser Bourita, y del lado sudafricano, de la ministra de Relaciones Internacionales y Cooperación, Maite Nkoana-Mashabane, el embajador de Sudáfrica ante la Unión Africana, Ndumiso Ntshinga, y el consejero del presidente sudafricano, Michael Hulley.