La ceremonia inaugural también estuvo marcada por la presencia de SM el Rey Hamad Ben Issa Al Khalifa, Soberano de Bahréin, el Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron y su esposa Brigitte Macron, el Presidente de la República Islámica de Afganistán, Mohammad Ashraf Ghani, así como altos representantes de varios países del Golfo.
Con esta ocasión, SM el Rey obsequió varios regalos al Louvre de Abu Dabi -obras históricas del siglo XIX, incluyendo un manuscrito del Sagrado Corán, un rifle (Mokahla), una espada y un par de hojas de puerta de madera de cedro procedentes de Fez.
Al comienzo de esta ceremonia, SA Cheikh Mohamed Ben Rached Al Maktoum pronunció un discurso en el que destacó que el Louvre Abu Dabi es una valiosa aportación al patrimonio humanitario, destacando que este museo es una obra de arte que reúne Oriente y Occidente, un puente que conecta a las civilizaciones.
Posteriormente, el Presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, pronunció una alocución en la que afirmó que el Louvre de Abu Dabi, fruto de una convención firmada en 2007, es una obra arquitectónica excepcional, precisando que este Louvre del desierto y de la luz es un puente entre generaciones, entre culturas y entre Oriente y Occidente.
La ceremonia inaugural también estuvo marcada por espectáculos musicales y artísticos.
El Louvre Abu Dabi, el primer museo universal del mundo árabe, refleja a través de sus doce galerías (Primeras aldeas; Primeras grandes potencias; Civilizaciones e imperios; Religiones universales; Rutas de intercambio asiáticas; Del Mediterráneo al Atlántico; El mundo en perspectiva; En la corte de los príncipes; Una nueva forma de vida; Un mundo moderno; La modernidad en cuestión; Una escena global), la historia común de la humanidad a través de diferentes culturas y civilizaciones, encarna el dinamismo del mundo árabe contemporáneo y celebra la herencia multicultural de la región en su conjunto.
El nuevo museo, que cuenta con una rica colección permanente de más de 600 obras de arte, desde la Antigüedad hasta nuestros días, complementada con el préstamo de 300 obras de los museos franceses, incluye, además de las galerías permanentes, un espacio expositivo temporal y otras dependencias.
El edificio fue diseñado como una ciudad-museo (medina) cubierta de una vasta cúpula plateada de 180 metros de diámetro compuesta por casi 8.000 estrellas metálicas entrelazadas para formar un dibujo geométrico. Los rayos de sol que atraviesan la cúpula crean un efecto de "lluvia de luz", inspirado en las palmeras de los oasis de los Emiratos Árabes Unidos.
La participación del Soberano en tal acontecimiento ilustra el interés particular que Su Majestad el Rey atribuye a la promoción de las artes y de la cultura y su firme determinación a democratizar el acceso a las mismas para convertirlas en verdaderos vectores de desarrollo humano, social y económico.
Este alto nivel de solicitud real se reflejó también en el valioso apoyo que el Soberano prestó al departamento de artes islámicas del Museo del Louvre de París, en particular para la realización del Pabellón de las artes del Islam.
Asistieron también a esta ceremonia los miembros de la delegación oficial que acompaña a SM el Rey durante su visita de amistad y trabajo a los Emiratos Árabes Unidos, en particular, los consejeros del Soberano, Fouad Ali El Himma, Yasser Znagui y Abdellatif Menouni, el Ministro de Cultura y Comunicación, Mohamed Laaraj, y el Presidente de la Fundación Nacional de Museos, Mehdi Qotbi.