He aquí el texto íntegro del mensaje Real cuya lectura ha sido dada por el Consejero del Soberano, Yassir Znagui.
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor enviado de Dios, su familia y compañeros
Excelencias, Señoras y Señores,
Me es grato dirigirme a los participantes en la reunión anual de la «World Policy Conference», cuya segunda edición se celebra en Marraquech.
Este importante encuentro, colocado bajo Nuestro Alto Patrocinio, en esta ciudad ocre, constituye para las eminentes personalidades, procedentes de diferentes horizontes, la oportunidad de debatir grandes apuestas regionales e internacionales. De igual modo, va a contribuir a la mejora de la gobernanza en sus dimensiones de reflexión, decisión y control, con el objetivo de promover un mundo más abierto y más respetuoso hacia la diversidad.
La profunda reflexión, llevada a cabo en el marco de un debate constructivo, va a permitir, sin lugar a dudas, la aparición de ideas nuevas, así como de soluciones susceptibles de mejorar aún más el modelo de desarrollo de nuestros países.
Los demostrados y nada desdeñables avances de África, no han pasado desapercibidos, sino que han sido seguidos por la comunidad internacional con un creciente interés.
En efecto, el camino hacia la prosperidad es un proceso complejo y de larga duración. No obstante, las grandes ambiciones de todos los ciudadanos especialmente africanos, sólo se pueden materializar a través de programas inclusivos de desarrollo humano y económico, enmarcados dentro de una dimensión regional o continental.
Excelencias, Señoras y Señores,
En tanto que africano convencido, y con el fin de acompañar este continente africano que ha sabido forjarse su propio destino, defenderé de nuevo las audaces reformas estructurales que han sido lanzadas, a medio y largo plazo en múltiples sectores.
Así pues, es nuestro deber promover estrategias innovadoras y políticas ambiciosas, fundadas sobre los éxitos ya conseguidos, e inspirarse de iniciativas mundiales logradas, adaptándolas a la diversidad de nuestras realidades sociales, económicas y culturales.
Se trata sobre todo de reforzar el funcionamiento de las instituciones, consolidar la buena gobernanza y mejorar sustancialmente la calidad de la utilización de los fondos públicos.
Por otra parte, el capital humano que representa una riqueza de África, constituye, en el día de hoy, una oportunidad única para su desarrollo. La juventud africana, que participa plenamente en una virtuosa transformación económica del continente, se perfila como una importante baza, y de ningún modo como un obstáculo.
En este sentido, la elaboración e implementación de políticas juiciosas en materias como la educación, la formación profesional y la sanidad, van a hacer posible una mejor inserción de estos jóvenes en el tejido socioeconómico de nuestros países. Tales iniciativas serán traducidas en un importante crecimiento, inclusivo y sostenido, que engendrará empleo y mayor productividad.
Excelencias, Señoras y Señores,
Nuestro continente rebosa igualmente de enormes recursos naturales que hay que aprovechar plenamente.
Efectivamente, la transformación del sector agrícola, el establecimiento de puentes y sinergias relacionadas con el ámbito industrial, darán lugar también a la creación de empleo.
La transformación de la agricultura africana habrá de operarse en todos los niveles, desde la producción primaria hasta la valoración agroindustrial, permitiendo una mejor explotación del considerable potencial agrícola de nuestro continente, a saber, sus tierras cultivables, así como paliar las dificultades socioeconómicas padecidas por los actores de este sector, unas dificultades ligadas sobre todo a una productividad relativamente débil.
Esto nos lleva a evocar el concepto de «Revolución verde». Esta deseada revolución verde, estriba sobre la renovación profunda de las tecnologías y de los modos de producción, adaptándose al contexto africano y al cambio climático.
Me alegra ver que los compromisos contraídos por Marruecos, con vistas a acelerar el crecimiento agrícola y realizar un desarrollo sostenible en África, contribuyen útilmente, a escala continental, a satisfacer las necesidades alimentarias de todos los africanos.
La industria africana, en cambio, carece todavía de competitividad. Sus dos principales desafíos residen en el desarrollo de actividades innovadoras y la formación de mano de obra cualificada.
Paralelamente a la inversión privada, nuevas formas de financiación y cooperación han de desarrollarse gradualmente a fin de favorecer la multiplicación de proyectos portadores de transformación, acelerando su ritmo de ejecución.
Finalmente, no podemos ignorar la urgente necesidad de resolver definitivamente y con pragmatismo la falta de infraestructuras en nuestro continente. Todos sabemos que el desarrollo se instala y la precariedad desaparece, donde hay carreteras, conexiones y redes.
Excelencias, Señoras, Señores,
Ha llegado la hora para reconfigurar las prioridades estratégicas de la comunidad internacional, reconsiderando la aportación de África. A la luz de los recientes desarrollos y reconocidos avances del continente, se hace necesario que nuestro continente esté en el centro de un mapa mundial redibujado y que se haga escuchar en la escena internacional.
África se abre ante partenariados multidimensionales que abarcan los dominios institucional, político, económico, social y medioambiental, así como a las esferas relacionadas con la prevención de la radicalización y la lucha contra el terrorismo.
Conjugando el potencial de la cooperación Norte-Sur y las experiencias de unos y otros, los decisores pueden construir una cooperación más sólida, más realista y sobre todo más equitativa. En esta dirección, un renovado partenariado Norte-Sur cobra todo su sentido.
Estoy persuadido de que un África unida, sólida y pragmática, podrá posicionarse en el seno de tal proceso. En este sentido, quiero destacar con satisfacción la voluntad común de lograr una mayor integración entre países africanos.
Tal integración requiere que el conjunto de los intervinientes, tanto públicos como privados, aprovechen con pragmatismo todas las oportunidades y respondan solidariamente a los desafíos y amenazas.
Señoras, Señores,
La era de un África pasiva marcada por un entorno complejo ha quedado atrás. Hoy tenemos un África comprometida que viene a sustituir a un África que padece.
En este sentido, las potencialidades y las bazas del continente son mejor explotadas y cernidas, cuando un crecimiento intenso alcanza al conjunto de la población.
El continente se dirige resueltamente hacia la prosperidad, experimentando rápidas mutaciones, adoptando un modelo propio y abriéndose sobre una pléyade de partenariados actuales. De este modo, se va configurando un continente africano de alternativas y no de limitaciones.
Sin embrago, para preparar el futuro de las jóvenes generaciones africanas, los esfuerzos han de ser canalizados y los objetivos marcados, firmemente continuados.
Más allá de los partenariados tradicionales, Sur-Sur o Norte-Sur, cada vez más numerosos y dinámicos, les invito a reflexionar en torno a nuevos marcos de intercambio y cooperación, al servicio de un futuro mejor para nuestras poblaciones.
Muchas gracias”.