"No criticamos por criticar, dejando luego las cosas tal cual, sino que queremos mejorar las situaciones, corregir los errores y enderezar las disfunciones", afirmó SM el Rey Mohammed VI en un discurso ante los miembros de las dos Cámaras del Parlamento con motivo de la apertura de la primera sesión del segundo año legislativo de la décima legislatura.
Recordando que este periodo de sesiones tiene lugar después del Discurso del Trono en el que había examinado las dificultades que acusa el perfeccionamiento del modelo de desarrollo, así como las distintas disfunciones, tanto las que afectan los distintos niveles de la administración, como aquellas otras relativas a los consejos electos y entidades territoriales, SM el Rey indicó que el recurso a esta crítica, impuesta por la situación, no representa una finalidad en sí, ni tampoco una conclusión de este proceso.
Se trata del inicio de una decisiva etapa basada en la vinculación de la responsabilidad a la rendición de cuentas, así como de una búsqueda de respuestas y soluciones adecuadas a los problemas y cuestiones imperiosas de los ciudadanos, dijo el Soberano.
El Soberano, que asentó las bases de un enfoque eficaz y de una marcha inédita, indicó que lo que está haciendo forma parte estricta de sus competencias constitucionales, y constituye una materialización de su fuerte voluntad de avanzar en la operación de reforma, dando el ejemplo a todo aquel que asume la responsabilidad de llevar los asuntos públicos.
SM el Rey afirmó que en su calidad de garante del imperio de la ley, que vela por su respeto, siendo el primero en aplicarla, jamás vacilará un solo instante en pedir cuentas a todo aquel que incumple su responsabilidad profesional o patriótica, si así se demuestra, subrayando que "La situación actual impone un mayor rigor a fin de acabar con el descuido y desatención de los intereses de los ciudadanos”.
“Los problemas son conocidos y las prioridades claras, y no necesitamos mayores diagnósticos; incluso diríamos que hay una inflación en este dominio… ", señaló el Soberano.
Después de recoradr que más de una vez ha constatado la realidad de los hechos y el volumen de las disfunciones que todos los marroquíes conocen, SM el Rey agregó que lo que se pide es que los proyectos de desarrollo programados y lanzados, sean llevados a la práctica de manera óptima, y luego aportar soluciones prácticas y aplicables a los verdaderos problemas, a las reivindicaciones razonables y a las legítimas ambiciones de los ciudadanos en alcanzar el progreso, la educación, la sanidad, el empleo, etc.
«Paralelamente, se debe llevar a cabo el estricto y permanente seguimiento del avance y ejecución de los programas sociales y de desarrollo, así como acompañar las obras mediante una evaluación regular e imparcial », explicó el Soberano, quien decidió en este marco instaurar un ministerio delegado ante el Ministerio de Asuntos Exteriores, encargado de los asuntos africanos, particularmente de la inversión, además de la creación de sendas células de seguimiento ante los Ministerios del Interior y Finanzas.
Su Majestad el Rey, orientó al Tribunal de Cuentas para llevar a cabo sus funciones de seguimiento y evaluación de los proyectos públicos, en las distintas regiones del Reino.
Para el Soberano, los marroquíes necesitan un desarrollo equilibrado y equitativo, la generalización de la cobertura sanitaria y al acceso a todos los servicios sanitarios de calidad, una enseñanza de calidad, una justicia equitativa y eficiente, además de una administración eficaz, que esté a su servicio y al de los intereses generales.
El Soberano subrayó, sin embargo, que "las disfunciones que acusa la gestión de los asuntos públicos no es una fatalidad; tampoco es imposible superarlas, siempre y cuando se reúnan la sincera voluntad y el buen aprovechamiento de los medios disponibles”.
Esta cuestión forma parte de las competencias del Parlamento, del Gobierno y los electos, que "de la situación que vive el país, sois responsables ante Dios, ante el pueblo y ante el Rey" dijo el Soberano para agregar que también “estáis llamados a sumaros, con total lealtad y responsabilidad, a los esfuerzos nacionales que buscan cambiar esta situación, lejos de cualquier consideración politiquera o partidista”.
Después de subrayar que la Patria es de todos, y todos los marroquíes tienen el derecho de beneficiarse del progreso y de los frutos del desarrollo, SM el Rey llamó al parlamento, al Gobierno y a los electos a estar al nivel de la enorme responsabilidad nacional que les ha sido confiada, para servir a la patria y al pueblo.