“Si 2016 fue el año de la determinación y del rigor, tanto de palabra como de obra, con relación al tratamiento de las maniobras que tuvieron por objeto atentar contra nuestros derechos, 2017 será el año de la claridad y de la vuelta a los principios y términos del arreglo de este diferendo artificial en torno a la marroquidad del Sahara”, subrayó el Soberano en un Discurso dirigido, este domingo, a la Nación con motivo del sexagésimo cuarto aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo.
“Merced a esta decidida y transparente orientación, el proceso de arreglo de las Naciones Unidas ha podido ser colocado sobre la vía correcta, haciendo frente a las maniobras que buscan su desvío hacia lo incierto”, dijo Su Majestad el Rey, señalando que esta orientación ha sido confirmada por el informe del Secretario General de la ONU y la resolución del Consejo de Seguridad del pasado mes de abril.
“Esto mismo ha sido confirmado por el informe del Secretario General de la ONU y la resolución del Consejo de Seguridad del pasado mes de abril, tanto en lo relativo al respeto de los términos del arreglo y la valoración de la iniciativa de autonomía en tanto que marco para las negociaciones, como a la fijación de las responsabilidades jurídicas y políticas de la verdadera parte en este conflicto regional”, recordó el Soberano.
Su Majestad el Rey indicó, en este sentido, que la gestión de la crisis de Guerguerat, con anticipación, sosiego y decisión, ha logrado frustrar las tentativas que buscaban cambiar la situación en nuestro Sahara, sepultando así las ilusiones de "las tierras liberadas" que promueven los enemigos de Marruecos.
Paralelamente, la propuesta marroquí de autonomía sigue granjeándose el apoyo internacional, ya sea a través del aumento del número de países que han retirado su reconocimiento a un ente ficticio, o por medio de la regularización del marco jurídico que rige la cooperación económica que une Marruecos con numerosas grandes potencias, se felicitó el Soberano.
Tras haber afirmado que la Revolución del 20 de agosto no fue un destacado acontecimiento únicamente en la historia de Marruecos, sino que ha llegado a tener importantes dimensiones y efectos en el Magreb y en África, SM el Rey destacó la necesidad de inspirarnos en los valores del sacrificio, la lealtad y la entrega constantes, para seguir portando la antorcha de esta renovada revolución, tanto a escala interior como continental.
“Gracias a estos principios y valores, y mediante la acción colectiva, lograremos relevar los entrelazados desafíos que se erigen ante nosotros, con el fin de realizar el desarrollo global y afianzar la seguridad y estabilidad a las que aspiran los pueblos de la región”, dijo el Soberano.
Su Majestad el Rey puso de relieve, en este sentido, “la seria labor y eficiente acción, llevadas a cabo por la diplomacia marroquí, en defensa de los intereses supremos de Marruecos, así como para el afianzamiento de la credibilidad de que el mismo goza y la ampliación de su resplandor, tanto a escala regional como continental e internacional”.
En este Discurso, SM el Rey evocó con emoción y engrandecimiento el recuerdo de Su Familia en su exilio en Madagascar, que ha tenido la ocasión de visitar el año pasado.
“Entre su gente he podido palpar los sinceros sentimientos de afecto y consideración que guardan hacia la Dinastía Alauí. También he podido descubrir algunos recuerdos conmovedores y constatar los vínculos humanos que los unieron, en medio de las difíciles condiciones del exilio y de alejamiento de la Patria”, dijo el Soberano.
Con motivo de este glorioso aniversario, SM el Rey rindió un solemne homenaje a las memorias de los virtuosos mártires de la Nación, encabezados por Su Venerado Abuelo, Su Majestad el Rey Mohammed V y su compañero de lucha, Su Augusto Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios les tenga en su Santa Misericordia.