“El compromiso de Marruecos de defender las causas e intereses de África, no data de hoy, sino que representa una orientación consolidada que Hemos heredado de Nuestros abuelos y cuyo afianzamiento continuamos, con total confianza y orgullo”, subrayó el Soberano en un discurso dirigido a la Nación, con motivo del sexagésimo cuarto aniversario de la Revolución del Rey y del Pueblo.
SM el Rey aseguró que la decisión de Marruecos de dirigirse hacia África no fue fortuita ni impuesta por cálculos coyunturales transitorios, sino que más bien constituye “el resultado de una fidelidad a esta historia común y de una sincera fe en el destino común”.
Es también el fruto de una reflexión profunda y realista, dominada por una visión estratégica integradora de largo plazo, que obedece a un enfoque escalonado basado en el consenso, explicó el Soberano.
“Nuestra política continental halla como base un riguroso conocimiento de la realidad africana, confirmado por más de 50 visitas por Nos realizadas a más de 29 países, entre las cuales sólo 14 desde octubre pasado”, recordó el Soberano, precisando que esta política se articula alrededor de la promoción de unos intereses comunes basados en cooperaciones solidarias mutuamente beneficiosas.
El mejor ejemplo que se puede aducir con respecto a esta orientación concreta, consiste en los macro proyectos de desarrollo lanzados por el Soberano, como es el caso del gasoducto atlántico Nigeria-Marruecos, la construcción de complejos para la producción de fertilizantes en Etiopía y Nigeria, además de la realización de programas de desarrollo humano, tendentes a mejorar las condiciones de vida del ciudadano africano, como pueden ser los servicios sanitarios, los centros de formación profesional y las aldeas de pescadores.
“Además, esta política fue coronada con la consolidación de nuestras cooperaciones económicas y la vuelta de Marruecos a la Unión Africana, amén de la aprobación de principio de su adhesión a la Comunidad económica de Estados de África Occidental (CEDEAO)”, se congratuló el Soberano.
Tras recordar que la Revolución del Rey y del Pueblo constituye algo más que una inmortal epopeya nacional, que unió al Trono y al pueblo, SM el Rey indicó que no fue un destacado acontecimiento únicamente en la historia de Marruecos, sino que ha llegado a tener importantes dimensiones y efectos en el Magreb y en África.
Este episodio memorable supuso una inspiración para los movimientos de liberación del Gran Magreb y de África, tanto al sur como al norte de este continente y consiguió también arraigar la conciencia y convicción hacia la existencia de un destino común de Marruecos y su continente, dijo el Soberano.
Este enlace, recordó el Soberano, se concretizó desde el comienzo de la lucha común por la libertad y la independencia y más adelante, con respecto a la edificación de los Estados africanos independientes, sobre la base del respeto de la soberanía de sus países y de su unidad nacional y territorial.
Hoy persiste esta acción solidaria para realizar el desarrollo y progreso común que anhelan todos los pueblos africanos, destacó el Soberano.
En este sentido, SM el Rey recordó que, inspirándose en los significados y valores de esta Gloriosa Revolución, no era de extrañar que Marruecos, desde el principio de su independencia, tomara, posturas firmes e iniciativas concretas a favor de África.
Este apoyo se manifestó especialmente a través de la participación en la primera operación de mantenimiento de la paz en el Congo, en 1960, la acogida, durante el mismo año en la ciudad de Tánger, de la primera reunión de la Comisión para el desarrollo de África y la creación del primer ministerio de asuntos africanos en el gobierno de 1961, con el fin de apoyar los movimientos de liberación, recordó el Soberano.
Todos estos esfuerzos sinceros a favor de los pueblos de África, dijo SM el Rey, fueron coronados en 1961 con la reunión de Casablanca que asentó los primeros cimientos para el establecimiento de la Organización de la Unidad Africana en 1963.