Este es el texto íntegro del Discurso Real:
"Loor a Dios, la oración y el saludo sean sobre nuestro señor Enviado de Dios, su familia y compañeros,
Querido pueblo,
La Revolución del Rey y del Pueblo, cuyo sexagésimo cuarto aniversario celebramos en el día de hoy, constituye algo más que una inmortal epopeya nacional, que unió a un Rey combatiente y a un pueblo luchador por la independencia de Marruecos y la vuelta de su legítimo Soberano.
Se trata de una brillante etapa de la historia de Marruecos, cuyo resplandor e impacto trascendieron las fronteras del país para alcanzar las profundidades africanas.
Efectivamente, por su forma popular y espontánea, y por los valores de sacrificio y fidelidad que la cimientan, supuso una inspiración para los movimientos de liberación del Gran Magreb y de África, tanto al sur como al norte de este continente.
Desde el comienzo de la lucha común por la libertad y la independencia, consiguió también arraigar la conciencia y convicción hacia la existencia de un destino común de Marruecos y su continente.
Y más adelante, con respecto a la edificación de los Estados africanos independientes, sobre la base del respeto de la soberanía de sus países y de su unidad nacional y territorial.
Hoy persiste esta acción solidaria para realizar el desarrollo y progreso común que anhelan todos los pueblos africanos.
Inspirándose en los significados y valores de esta Gloriosa Revolución, no era de extrañar que Marruecos, desde el principio de su independencia, tomara, posturas firmes e iniciativas concretas a favor de África, particularmente a través de:
• la participación en la primera operación de mantenimiento de la paz en el Congo, en 1960;
• la acogida, durante el mismo año, en la ciudad de Tánger, de la primera reunión de la Comisión para el desarrollo de África;
• la creación del primer ministerio de asuntos africanos en el gobierno de 1961, con el fin de apoyar los movimientos de liberación.
Todos estos esfuerzos sinceros a favor de los pueblos de África, fueron coronados en 1961 con la reunión de Casablanca que asentó los primeros cimientos para el establecimiento de la Organización de la Unidad Africana en 1963.
Por ello, el compromiso de Marruecos de defender las causas e intereses de África, no data de hoy, sino que representa una orientación consolidada que Hemos heredado de Nuestros abuelos y cuyo afianzamiento continuamos, con total confianza y orgullo.
Querido pueblo,
La decisión de Marruecos de dirigirse hacia África no fue fortuita ni impuesta por cálculos coyunturales transitorios, sino que más bien constituye el resultado de una fidelidad a esta historia común y de una sincera fe en el destino común.
Es también el fruto de una reflexión profunda y realista, dominada por una visión estratégica integradora de largo plazo, que obedece a un enfoque escalonado basado en el consenso.
Nuestra política continental halla como base un riguroso conocimiento de la realidad africana, confirmado por más de 50 visitas por Nos realizadas a más de 29 países, entre las cuales sólo 14 desde octubre pasado, a lo que hay que añadir unos intereses comunes basados en cooperaciones solidarias mutuamente beneficiosas.
El mejor ejemplo que se puede aducir con respecto a esta orientación concreta, consiste en los macro proyectos de desarrollo que hemos lanzado, como es el caso del gasoducto atlántico Nigeria-Marruecos, la construcción de complejos para la producción de fertilizantes en Etiopía y Nigeria, además de la realización de programas de desarrollo humano, tendentes a mejorar las condiciones de vida del ciudadano africano, como pueden ser los servicios sanitarios, los centros de formación profesional y las aldeas de pescadores.
Esta política fue coronada con la consolidación de nuestras cooperaciones económicas y la vuelta de Marruecos a la Unión Africana, amén de la aprobación de principio de su adhesión a la Comunidad económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
La vuelta de Marruecos a la institución continental representa un punto de inflexión diplomático en la política exterior de nuestro país.
Se trata de un enorme éxito de nuestra orientación africana, a pesar de los escollos que algunos intentaron interponer por nuestro camino. También constituye un reconocimiento por parte de nuestros hermanos africanos de la credibilidad de Marruecos y de la destacada posición que ante los mismos ocupa.
Con ocasión de este acontecimiento histórico, quiero reiterar la expresión de mi agradecimiento y consideración a todos los países del continente que nos han apoyado, y también a aquellos que no sostuvieron nuestra petición. Estamos convencidos de que van a cambiar su postura cuando descubran la sinceridad de nuestras orientaciones.
Si esta vuelta es importante y decisiva, hay que reconocer también que no constituye un fin en sí misma, porque África fue y será siempre una de nuestras principales prioridades. Sólo nos interesa su desarrollo y servir al ciudadano africano.
Quien descuide o minimice su valor, desinteresándose por sus causas o adoptando la política de compra de voluntades, asumirá propiamente las consecuencias.
Para nosotros, África es el futuro y el futuro empieza hoy mismo.
Y quien piensa que todo esto lo hemos hecho únicamente para volver a la Unión Africana, no me conoce.
Ha llegado el momento de trabajar. Marruecos está empeñado en continuar los esfuerzos que emprende dentro de su continente desde hace más de 15 años.
En este contexto hay que insistir en que la vuelta de Marruecos a su institución continental no va a influir en sus fuertes relaciones bilaterales con sus países, ni en los programas de desarrollo que con los mismos tiene establecidos.
Este regreso sólo constituye el comienzo de una nueva etapa de trabajo con todos los Estados para realizar una verdadera cooperación solidaria, promoviendo colectivamente el desarrollo de nuestro continente y respondiendo a las necesidades del ciudadano africano.
Estamos construyendo un África confiada en sí misma, solidaria y reunida en torno a proyectos concretos, y abierta sobre su entorno.
He aquí la misma visión integradora que ha hecho que el Reino haya querido otorgar carácter oficial a su deseo de incorporarse a la Comunidad económica de Estados de África Occidental (CEDEAO).
En este sentido, queremos expresar nuestros agradecimientos a los dirigentes de la CEDEAO por su aprobación de principio del ingreso de Marruecos en tanto que miembro de pleno derecho.
En efecto, tal organización constituye una extensión natural de la Unión Africana. La incorporación de Marruecos a ambas instituciones contribuirá a la realización del progreso económico y promoción del desarrollo humano en el continente.
He aquí una histórica decisión política, que constituye un importante jalón sobre la vía de la realización de la integración africana que sólo puede concebirse como resultado de todos los bloques regionales, especialmente en un contexto en que las agrupaciones regionales se han erigido en fuerzas influyentes en la política internacional.
Desde su posición en el seno de esta agrupación, el Reino de Marruecos obrará por afianzar los fundamentos de una verdadera integración al servicio de África, así como por la realización de las ambiciones de desarrollo y vida digna que animan a sus pueblos, en el seno de la unidad, la seguridad y la estabilidad.
Querido pueblo,
Hemos optado por seguir una política solidaria y el establecimiento de cooperaciones equilibradas, fundadas sobre el respeto mutuo y la realización del beneficio común para los pueblos africanos.
Marruecos nunca adoptó una política basada en el ofrecimiento del dinero, más bien ha optado por poner su experiencia y saber hacer al servicio de nuestros hermanos africanos, porque estamos convencidos de que el dinero es algo perecedero, mientras que el saber sí que permanece y no desaparece y de él se benefician los pueblos.
Nuestros hermanos africanos son conscientes de ello, por eso solicitan la colaboración de Marruecos y su apoyo en el esfuerzo que despliegan en los diferentes ámbitos; y no al contrario.
De igual modo, conocen nuestro empeño de edificar una fructífera cooperación con los países concernidos, basada en inversiones y programas de desarrollo bien establecidos entre los sectores público y privado.
En cuanto a los que conocen la verdad y vehiculan falacias según las cuales Marruecos desembolsa importantes sumas de dinero en África, en vez de destinarlas a los marroquíes, hay que decir que no buscan el interés del país.
La orientación de Marruecos hacia África, no va a cambiar nuestras posiciones ni tampoco se hará en detrimento de las prioridades nacionales. Todo lo contrario, constituirá un valor añadido para la economía nacional amén de contribuir a la consolidación de las relaciones de nuestro país con la profundidad africana.
Asimismo, ha tenido un impacto positivo y directo sobre la causa de nuestra integridad territorial, tanto en lo relativo a las posiciones de los países como a las decisiones de la Unión Africana.
Ello ha venido a reforzar la dinámica que conoce este expediente en el seno de Naciones Unidas.
Si 2016 fue el año de la determinación y del rigor, tanto de palabra como de obra, con relación al tratamiento de las maniobras que tuvieron por objeto atentar contra nuestros derechos, 2017 será el año de la claridad y de la vuelta a los principios y términos del arreglo de este diferendo artificial en torno a la marroquidad del Sahara.
Merced a esta decidida y transparente orientación, el proceso de arreglo de las Naciones Unidas ha podido ser colocado sobre la vía correcta, haciendo frente a las maniobras que buscan su desvío hacia lo incierto.
Esto mismo ha sido confirmado por el informe del Secretario General de la ONU y la resolución del Consejo de Seguridad del pasado mes de abril, tanto en lo relativo al respeto de los términos del arreglo y la valoración de la iniciativa de autonomía en tanto que marco para las negociaciones, como a la fijación de las responsabilidades jurídicas y políticas de la verdadera parte en este conflicto regional.
La gestión de la crisis de Guerguerat, con anticipación, sosiego y decisión, ha logrado frustrar las tentativas que buscaban cambiar la situación en nuestro Sahara, sepultando así las ilusiones de “las tierras liberadas” que promueven los enemigos de Marruecos.
Paralelamente, la propuesta de autonomía sigue granjeándose el apoyo internacional, ya sea a través del aumento del número de países que han retirado su reconocimiento a un ente ficticio, o por medio de la regularización del marco jurídico que rige la cooperación económica que une Marruecos con numerosas grandes potencias.
Querido pueblo,
La Revolución del 20 de agosto no fue un destacado acontecimiento únicamente en la historia de Marruecos, sino que ha llegado a tener importantes dimensiones y efectos en el Magreb y en África.
Hoy necesitamos inspirarnos en los valores del sacrificio, la lealtad y la entrega constantes, para seguir portando la antorcha de esta renovada revolución, tanto a escala interior como continental.
Gracias a estos principios y valores, y mediante la acción colectiva, lograremos relevar los entrelazados desafíos que se erigen ante nosotros, con el fin de realizar el desarrollo global y afianzar la seguridad y estabilidad a las que aspiran los pueblos de la región.
En este sentido, queremos poner de relieve la seria labor y eficiente acción, llevadas a cabo por la diplomacia marroquí, en defensa de los intereses supremos de Marruecos, así como para el afianzamiento de la credibilidad de que el mismo goza y la ampliación de su resplandor, tanto a escala regional como continental e internacional.
Querido pueblo,
Con emoción y engrandecimiento, evoco con esta ocasión el recuerdo de mi Familia en su exilio en Madagascar, que he tenido la ocasión de visitar el año pasado.Entre su gente he podido palpar los sinceros sentimientos de afecto y consideración que guardan hacia la Dinastía Alauí. También he podido descubrir algunos recuerdos conmovedores y constatar los vínculos humanos que los unieron, en medio de las difíciles condiciones del exilio y de alejamiento de la Patria. Asimismo, quiero rendir un solemne homenaje a las memorias de los virtuosos mártires de la Nación, encabezados por Nuestro Venerado Abuelo, Su Majestad el Rey Mohammed V y su compañero de lucha, Nuestro Augusto Padre, Su Majestad el Rey Hassan II, Dios les tenga en su Santa Misericordia.
Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh".