Con este motivo, Ban Ki-moon saludó los resultados significativos y los verdaderos progresos alcanzados por Marruecos en la realización de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo (OMD).
También, rindió homenaje a las reformas constantes lanzadas por SM el Rey Mohammed VI.
El Secretario General de la ONU destacó el “liderazgo de SM el Rey en las temáticas importantes para las Naciones Unidas” y “sus pertinentes mediaciones con relación a varios conflictos en el mundo”.
Manifestó también su fuerte aprecio a la contribución importante de Marruecos a la realización de los ideales de la ONU en el ámbito del mantenimiento y la consolidación de la paz y la promoción de la cooperación multilateral.
Por su parte, el Soberano reiteró el apoyo constante de Marruecos a los esfuerzos del Secretario General para el refuerzo de la acción de la Organización, la diversificación de su agenda y su fuerte implicación en la gestión de las distintas cuestiones globales.
Respecto a la cuestión del Sahara marroquí, SM el Rey reafirmó el compromiso de Marruecos a cooperar con las Naciones Unidas para llegar a una solución política definitiva a este diferendo regional.
En este contexto, el Soberano recordó los esfuerzos significativos desplegados por el Reino para sacar el dossier del impasse, especialmente a través de la presentación en 2007 de la Iniciativa audaz y substancial de autonomía.
SM el Rey subrayó que esta iniciativa rompe con las gestiones desfasadas, particularmente la de un referéndum con opciones múltiples cuyo carácter inaplicable ha sido demostrado en los hechos y que, además, es fuente de tensión e inestabilidad.
Las negociaciones políticas, prosiguió el Soberano, deben continuarse sobre la base de la buena fe, el realismo y el espíritu de compromiso, lejos de toda instrumentalización de cuestiones periféricas, privilegiadas por las otras partes, apegadas al inmovilismo y a la obstrucción.
Por otra parte, SM el Rey y el Secretario General de la ONU subrayaron la importancia de una gestión colectiva, convergente y sin exclusión, con el fin de hacer frente a la situación de seguridad preocupante en la región sahelo-sahariana.
Tratándose del Oriente Medio, el Soberano y Ban Ki-moon destacaron que las negociaciones directas israelo-palestinas en curso deberían ser apoyadas por el conjunto de los actores y desembocar en la creación de un Estado palestino viable a todos los niveles, con Jerusalén-Este como capital.
En este contexto, SM el Rey insistió, en su calidad de Presidente del Comité Al Qods, en la importancia de la preservación del carácter cultural y de culto de esta ciudad santa.