En esta dolorosa circunstancia, SM el Rey expresa, al conjunto de los miembros de la honorable familia del desaparecido, a sus allegados y sus amigos, Sus vivas condolencias en esta cruel prueba, así como Sus sinceros sentimientos de compasión, a raíz de la pérdida de un hombre emérito.
El Soberano recuerda, con emoción y consideración, las nobles cualidades humanas del desaparecido, en tanto que uno de los fieles consejeros del Soberano, cualidades hechas de generosidad, paciencia en las pruebas, clarividencia, ponderación, rectitud y sagacidad.
Marruecos pierde así uno de sus hijos abnegados y uno de los grandes hombres de Estado, conocido por la competencia, la abnegación en la realización del deber profesional, el compromiso al servicio de las causas nacionales y la fidelidad a los valores sagrados y a los constantes de la Nación.
El mensaje real destaca que la memoria del desaparecido seguirá siendo vivaz en el recuerdo de SM el Rey y en el registro de oro de la historia de Marruecos, por sus leales servicios y su obra honorable durante todas las misiones y altas responsabilidades que asumió, tanto bajo la era de SM el Rey Mohammed VI como durante el reinado del difunto SM Hassan II.
El Soberano recordó igualmente su recurrido distinguido en tanto que ministro en varios Gobiernos en el seno de los cuales asumió con probidad, sabiduría, competencia, humildad y responsabilidad las grandes misiones nacionales, ilustrándose como un modelo para toda una generación que combinaba amor sincero de la patria y ciudadanía comprometida.