En respuesta a una pregunta oral en la Cámara de Representantes, Zidane indicó que la acción del Ministerio en este ámbito se articula en torno a dos ejes principales: reforzar la comunicación con los los marroquíes de todo el mundo, informándoles de las oportunidades de inversión en su país de origen su país de origen y los incentivos que ofrece la nueva Carta de Inversiones.
“En este sentido, estamos en contacto permanente con miles de inversores marroquíes residentes en el extranjero, en más de 20 países, cubriendo varios sectores económicos prometedores. También organizamos reuniones con ellos durante cada roadshow, el más reciente de los cuales tuvo lugar en Japón y Corea”.
La segunda prioridad, según el ministro, es reforzar las estructuras de acogida, orientación y apoyo en la Agencia Marroquí para el Desarrollo de las Inversiones y las Exportaciones (AMDIE) y los Centros Regionales de Inversión (CRI).
Zidane también saludó el importante papel desempeñado por los marroquíes en el desarrollo social y económico de Marruecos, añadiendo que, de conformidad con las Altas Instrucciones de Su Majestad el Rey Mohammed VI, el gobierno creó un comité temático para la promoción de las inversiones de los marroquíes residentes en el extranjero, que ha elaborado un plan de acción adaptado a las necesidades de esta categoría.
En respuesta a otra pregunta sobre los retos a los que se enfrenta el ecosistema de inversión, el ministro explicó que el ecosistema se basa en tres ejes principales. El primero pretende “crear un consenso en torno a objetivos comunes en términos de dimensiones regionales y sectoriales, así como reforzar la convergencia para estimular la inversión y superar los obstáculos”.
El segundo se centra en cinco áreas estratégicas relativas a la aplicación de las disposiciones de la nueva Carta de la Inversión mediante la activación de mecanismos de apoyo a la inversión, la atracción de la atracción de inversores nacionales e internacionales el refuerzo de la colaboración público-privada, la continuación de la mejora del clima empresarial, así como la creación del Observatorio Nacional de Inversiones para el seguimiento de la consecución de los objetivos de inversión.
El tercer ámbito se refiere a la introducción de un sistema unificado y descentralizado de la inversión.