El jefe de la ONU indicó que el Ministerio argelino también había anunciado la retirada de su embajador en Francia, en reacción a la decisión francesa de apoyar el plan de autonomía de Marruecos para sus provincias del sur.
Guterres también subrayó la participación de Argelia, junto con las demás partes interesadas, en las consultas bilaterales acordadas por su Enviado Personal para el Sáhara marroquí, celebradas entre febrero y abril de 2024.
Destacó las numerosas visitas del Enviado Personal a Argel y sus encuentros con el ministro de Asuntos Exteriores y los responsables argelinos, como parte interesada y directa en el diferendo sobre el Sáhara marroquí.
El secretario general de la ONU señala que el contexto difícil hace más urgente que nunca la resolución de este diferendo. Con este fin, llama a Argelia a que se compromete de buena fe y con un espíritu abierto en el proceso político bajo los auspicios de su Enviado Personal, con miras a alcanzar una solución política, realista, pragmática, duradera y de avenencia, de conformidad con las prácticas establecidas por las resoluciones del Consejo de Seguridad desde 2018, con la participación de las cuatro partes interesadas en las mesas redondas.
Guterres también llama a Argelia que se centre en los intereses comunes, que se abstenga de agravar aún más la situación con la retórica y las acciones unilaterales continuas, y que demuestre voluntad política para el arreglo de este diferendo que ha orquestado.
De este modo, el secretario general de la ONU pone de manifiesto las paradojas escandalosas de Argelia, que no sólo elude sus responsabilidades históricas en este conflicto, sino que intenta en vano esconderse tras un supuesto estatus de “observador”, al reafirmar al Enviado Personal para el Sáhara marroquí “su continuo interés por encontrar una solución a este diferendo”.
El jefe de la ONU subraya también el papel crucial de los Estados vecinos en la resolución de este diferendo regional, así como la importancia de la firme voluntad política y del apoyo constante de la comunidad internacional en este sentido.
Por último, el secretario general de la ONU planteó a Argelia una elección corneliana: la de adoptar un enfoque constructivo, pacífico y respetuoso con el principio de buena vecindad y del arreglo pacífico de los diferendos, o hundirse en el fiasco de su agenda polisariana.