En África, en el espacio atlántico, en Oriente Medio y más allá, el compromiso del Reino, polo de estabilidad en la región, es celebrado y apreciado. Sus contribuciones e iniciativas, bajo el liderazgo de SM el Rey Mohammed VI, contribuyen a forjar asociaciones innovadoras y duraderas para hacer frente a los retos del momento, convirtiéndolo en un actor escuchado y respetado en la escena regional e internacional.
En el dossier del Sáhara, causa nacional sagrada, la Visión Real sabia y clarividente aporta sus frutos cada día: la dinámica del apoyo internacional a la soberanía del Reino y a la Iniciativa de Autonomía es tan constante como irreversible.
Esta adhesión de la comunidad internacional crece día a día. Dinamarca, una democracia muy enraizada, acaba de sumarse a al concierto de las naciones, más de un centenar, que apoyan el plan de autonomía propuesto por Marruecos para poner fin a este conflicto regional artificial.
En apoyo a la autonomía bajo soberanía marroquí, “Dinamarca considera el Plan de autonomía presentado por Marruecos en 2007 como una contribución seria y creíble y como una buena base para una solución”, indicó el comunicado conjunto adoptado al término del encuentro, celebrado el miércoles en Nueva York, entre el ministro de Asuntos Exteriores, Cooperación Africana y Marroquíes Residentes en el Extranjero, Nasser Bourita, y su homólogo danés, Lars Løkke Rasmussen.
“Dinamarca considera el Plan de autonomía presentado por Marruecos en 2007 como una contribución seria y creíble al proceso en curso de la ONU y como una buena base para una solución acordada entre las partes”, añade el documento firmado al margen de la 79ª sesión de la Asamblea General de Naciones Unidas.
Al igual que muchos países occidentales, entre ellos Estados Unidos y Francia, dos grandes potencias y miembros influyentes del Consejo de Seguridad, así como España, Alemania y muchos otros, el Reino escandinavo apoya la iniciativa marroquí como base para un arreglo, en el marco de las Naciones Unidas.
Se trata de un mensaje muy claro a las otras partes y a la ONU, para que el proceso político vaya, sin más demora, en el sentido de esta solución, la única capaz de allanar el camino hacia una nueva perspectiva de paz y desarrollo para toda la región.
Este mensaje resonó alto y claro en la ONU, tanto durante el debate de alto nivel en la Asamblea General como durante la serie de reuniones de Bourita con sus homólogos de las diferentes partes del mundo.
En su declaración en nombre del Reino en la tribuna de la ONU, el jefe del Gobierno, Aziz Akhannouch, recordó las constantes de la posición del Reino reafirmadas por Su Majestad el Rey Mohammed VI ante el secretario general de la ONU: Ningún proceso político es posible fuera del marco de las mesas redondas definidas por las Naciones Unidas, con la plena participación de Argelia, ni ninguna solución fuera del marco de la iniciativa marroquí de autonomía, ni ningún proceso político serio sin la vuelta de las milicias armadas al alto el fuego, como reclaman los miembros del Consejo de Seguridad.
Una solución política definitiva a este diferendo, heredado de otra época, pasa exclusiva e ineluctablemente por la iniciativa de autonomía, en el marco de la soberanía nacional y la integridad territorial de Marruecos, reiteraron numerosos jefes de la diplomacia en declaraciones a la prensa.
En las provincias del sur, que se están convirtiéndose en un hub regional y continental, Marruecos está llevando a cabo una vigorosa estrategia de desarrollo, con la participación activa y efectiva de las poblaciones locales, a través de sus representantes democráticamente elegidos y plenamente apegados a la integridad territorial y a la marroquinidad del Sáhara. El creciente apoyo internacional al plan marroquí de autonomía y a la soberanía de Marruecos sobre su Sáhara confirma el fiasco total del funesto proyecto de las milicias armadas separatistas y el rotundo fracaso de sus patrocinadores.