En una conferencia de prensa celebrada al término de su reunión con el ministro de Estado, ministro de Asuntos Exteriores, Integración Africana, Chadianos del Extranjero y Cooperación Internacional, portavoz del gobierno, Abdelrahman Ghoulamallah, Bourita subrayó que SM el Rey dedicó una parte importante del Discurso del Trono de este año a los últimos acontecimientos en Oriente Medio, lo que refleja el interés particular y el seguimiento personal del Soberano a la situación en esta región.
Su Majestad el Rey sitúa la cuestión palestina al mismo nivel que la causa nacional, añadió, destacando que el interés prestado por el Soberano a la situación en Oriente Medio tiene un profundo simbolismo y representa una señal fuerte, en el sentido de que SM el Rey ha definido y recordado los parámetros de la posición marroquí sobre este tema.
A este respecto, Bourita citó entre estos parámetros el apoyo del Reino a las «iniciativas constructivas destinadas a encontrar soluciones prácticas para lograr un alto el fuego concreto y duradero y el restablecimiento de la situación humanitaria».
Al señalar que Marruecos apoya todas las posiciones e iniciativas destinadas a establecer un alto el fuego efectivo, recordó que, siguiendo instrucciones de Su Majestad el Rey, Marruecos aportó su apoyo a la iniciativa de tres fases presentada por el Presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
«Marruecos reacciona positivamente a la declaración conjunta de Estados Unidos, Qatar y Egipto, destinada a acelerar la celebración de reuniones y completar las negociaciones encaminadas a lograr un alto el fuego y permitir la entrada de la ayuda humanitaria», prosiguió.
También subrayó que Marruecos llama a todas las partes a responder positivamente a este llamamiento, considerando que no hay solución sin desescalada con vistas a sacar la región del actual callejón sin salida.
En segundo lugar, Bourita recordó que SM el Rey Mohammed VI afirmó en el discurso que «recurrir a las negociaciones para resucitar el proceso de paz entre las partes palestina e israelí impone bloquear el camino a los extremistas de todas las partes», señalando que esto indica que el Reino rechaza la violencia contra los civiles de ambas partes. Marruecos, agregó, rechaza también categóricamente las acciones de ciertos elementos extremistas del gobierno israelí, en particular las incursiones en la explanada de la mezquita Al-Aqsa.
Por otra parte, el ministro afirmó que el Soberano, Presidente del Comité Al-Quds, ha condenado estos actos de provocación que no contribuyen para nada a apaciguar la situación y que hieren los sentimientos de los musulmanes y alimentan el odio en la región. Los ataques perpetrados por los extremistas contra los hospitales y, más recientemente, contra la escuela Al-Tabiine, son «inaceptables», añadió, subrayando que Marruecos denuncia estos actos y los considera un «crimen inadmisible».
Estos actos deben ser tratados como un crimen cometido por las autoridades israelíes y los extremistas del gobierno israelí, que recurren a estas prácticas rechazadas por las prescripciones celestes, el derecho internacional y los valores humanos, señaló el ministro.
Evocando el tercer punto del Discurso del Trono, Bourita resaltó que «el agravamiento de la situación en la región exige abandonar la lógica de la gestión de crisis en favor de la búsqueda de una solución definitiva a este conflicto», subrayando que «sin un verdadero proceso en la región, sólo saldremos de una crisis para entrar en otra, lo que agravará el coste humanitario y de seguridad de la crisis, amenazará la estabilidad y creará un clima de odio en una región que necesita más que nunca la estabilidad».
El responsable también hizo un llamamiento a la comunidad internacional y al Consejo de Seguridad para que asuman sus responsabilidades y eviten que la situación se deteriore, que el conflicto se extienda o que otras partes se impliquen, lo que podría tener graves consecuencias para la región.
En este sentido, Bourita recordó que para SM el Rey, la solución de los dos Estados sigue siendo la única salida, en el marco de la cual Gaza permanezca parte integrante de los territorios del Estado palestino independiente, con Al-Quds Este como capital, sobre las fronteras de 1967.