Según un comunicado de los organizadores, se instaló una jaima caidal en el recinto del festival que refleja con su colorido tejido el espíritu de cuatro ciudades marroquíes: El Yadida, Marrakech, Safi y Esauira.
En el evento se organizaron diversas actividades, como la simulación de una boda tradicional marroquí, una ceremonia de preparación del té, un espectáculo de canto y danza y una exposición de artesanía marroquí.
La embajadora de Marruecos en Canadá, Souriya Otmani, asistió a los talleres del festival, al que acudieron numerosos países, sobre todo de África y Asia, y que atrajo a un numeroso público.
El público también tuvo la oportunidad de descubrir facetas del singular repertorio musical marroquí, como el chaabi y la música gnaua.
Iniciada por la organización sin ánimo de lucro Hespérides Artes et Culturas, en colaboración con GouchiCom Events, la participación marroquí también ofreció a los visitantes un viaje culinario a través de emblemáticos platos marroquíes, además de un concierto del cantante Zouhair Bahaoui.