Estas reformas han conducido a una verdadera transformación del tejido económico y social y a una movilización activa de los recursos financieros nacionales, subrayó el Embajador Hilale.
A este respecto, desarrolló los cuatro ejes principales de estas reformas, a saber, la adopción de un nuevo modelo de desarrollo, convertido en la base de las políticas y programas públicos de Marruecos de aquí a 2035, favoreciendo así el refuerzo y la diversificación de los mecanismos de financiación existentes y el diseño de nuevos mecanismos innovadores.
Hilale también mencionó el lanzamiento del Fondo Mohammed VI para la Inversión, con una dotación de inversión de unos 45.000 millones de dirhams, de los cuales 15.000 millones proceden del presupuesto del Estado, con el objetivo de impulsar el crecimiento en determinados sectores estratégicos, aprovechando las sinergias entre la financiación pública y privada en el marco de una visión global de desarrollo coherente e inclusivo.
El Embajador mencionó también el refuerzo del apoyo a las pequeñas y medianas empresas (PYME), facilitándoles el acceso a la financiación y dotándolas de medidas favorables a la competencia y a la creación de empleo y valor añadido.
Además, Hilale hizo hincapié en la inclusión financiera y la digitalización, que desempeñan un papel clave a través del desarrollo de plataformas de pago por móvil y servicios bancarios en línea.
En cuanto a la acción solidaria de Marruecos en el marco de la estrategia de cooperación Sur-Sur, el diplomático marroquí citó en particular el gasoducto Nigeria-Marruecos y la iniciativa atlántica en favor de los países del Sahel lanzada por SM el Rey Mohammed VI, que favorece su acceso al océano Atlántico, señalando que estas iniciativas son fundamentales para desarrollar el potencial económico del continente africano, reforzar un enfoque renovado de la cuestión de la financiación del desarrollo en África y crear un entorno favorable a la inversión y al desarrollo económico y social del continente.
Hilale llamó, también, a una reforma urgente de la arquitectura financiera internacional con el fin de crear un sistema más resiliente, inclusivo y favorable al desarrollo sostenible de África, recordando a este respecto la Declaración de Marrakech, que llamó a “poner en marcha una arquitectura financiera mundial más equitativa y más propicio para el desarrollo de África y la realización de sus prioridades de crecimiento, que respete la soberanía y la integridad territorial de los Estados africanos y contribuya a la realización de sus pueblos”.
Hilale abogó por un multilateralismo eficaz y orientado a la acción, así como por la consolidación de un clima de confianza entre los países, condiciones necesarias para afrontar los retos multidimensionales, incluidos los de financiación, que obstaculizan el logro del desarrollo sostenible.