Motivado, ante todo, por el deseo de responder a las necesidades de proteger el bienestar y la estabilidad de la familia, el enfoque de Su Majestad el Rey Mohammed VI, Amir Al Muminin, abre la vía a un Ijtihad constructivo con el fin de elaborar un texto jurídico capaz de responder a las expectativas y necesidades de la célula familiar.
Los ulemas, a través de su Consejo Superior, institución facultada exclusivamente por la Constitución para emitir Fatwas, están así invitados a examinar y dar su opinión sobre las propuestas puramente religiosas presentadas por la instancia encargada de revisar el Código de la Familia y sometidas a la aprobación del Soberano.
“Si el Código de la Familia representó un notorio avance, actualmente resulta insuficiente”, dijo el Soberano en el Discurso del Trono de 2022.
A este respecto, Su Majestad el Rey llamó a todos los actores e instituciones concernidos a implicarse en el proceso de reforma, entre ellos el Consejo Nacional de Derechos Humanos, la Autoridad Gubernamental encargada de la Solidaridad, la Integración Social y la Familia y el Consejo Superior de Ulemas, abriéndose, al mismo tiempo, a la sociedad civil, a los investigadores y a los especialistas en cuestiones de familia.
En otras palabras, el Reino se dispone, no sólo a dar un nuevo paso en la revisión del Código de la Familia, sino también, y sobre todo, a redefinir los contornos de una sociedad en armonía con la evolución y los cambios sociales.
APROVECHAR LA VIRTUD DEL IJTIHAD AL SERVICIO DE LA FAMILIA
No cabe duda de que la remisión de este asunto al Consejo Superior de Ulemas responde a la ambición Real de responder a las reivindicaciones y acompañar las nuevas realidades societales. Todo ello en un marco consensuado, marcado por la renovación y suficientemente atento a las exigencias de estabilidad en las relaciones conyugales, de perennidad de la quietud y del afecto entre todos los componentes de la familia, célula de base de la sociedad.
Para el Consejo, se trata de emitir una Fatwa colectiva con el objetivo, entre otros, de cortar por lo sano con las diferentes interpretaciones individuales desfasadas de la realidad de la sociedad marroquí, respetando los valores de la religión y teniendo en cuenta las virtudes del Ijtihad en interés de la Familia marroquí.
El futuro Código de la Familia deberá, pues, estar en consonancia con la evolución de la sociedad marroquí, y la Remisión Real se inscribe perfectamente en este espíritu, para apoyar la fuerza de las propuestas y las reivindicaciones sociales expresadas, teniendo en cuenta los intereses de la Familia y la estabilidad de las relaciones conyugales.
Este audaz planteamiento forja una trayectoria decididamente orientada hacia el futuro, no sólo para construir una sociedad dinámica impulsada por el vigor y la diversidad de todos sus componentes, sino también para hacer de esta nueva reforma un catalizador de desarrollo.
Los derechos de la mujer y las cuestiones familiares en general ocupan el primer lugar entre las prioridades de Su Majestad el Rey, como lo demuestra la Carta enviada por el Soberano al jefe de Gobierno, relativa a la revisión del Código de la Familia.
De acuerdo con las Altas Directrices Reales, las consultas, llevadas a cabo sobre este tema, han encarnado el enfoque participativo innovador que el Soberano ha reclamado, con el fin de responder de manera elocuente a las expectativas expresadas por las distintas sensibilidades sociales, sin excepción.
En reconocimiento de este enfoque dinámico, inclusivo, abierto y prospectivo, la Remisión Real se enmarca en unos límites bien definidos que recuerdan al Consejo Superior de Ulemas los fundamentos de la Fatwa basada en los principios y reglas del Islam y sus finalidades, así como el contenido de la Carta Real al jefe de Gobierno, en la que el Soberano preconiza el recurso a la moderación y al Ijtihad abierto y constructivo para llevar a buen puerto la tarea de revisión del Código de la Familia.