Peregrinos de todo el mundo acudieron al valle de Mina, a 5 km al este de La Meca, en un ambiente de fervor, contemplación, devoción y oración, antes de iniciar la ascensión al monte Arafa en las primeras horas del día siguiente.
Mina, un desierto en el camino entre La Meca y el monte Arafa, reviste especial importancia en los ritos de la peregrinación, ya que es en su entrada occidental, en el Puente Yamarat, donde tiene lugar el ritual de la lapidación de las estelas de Satán, y es también el lugar donde el Profeta Ibrahim inmoló el sacrificio de su hijo Ismael, gesto que fue perpetuado por el profeta Muhammad.
Arabia Saudí ha tomado importantes medidas para acoger a los peregrinos, como la preparación de cuatro hospitales con todas las especialidades y servicios para combatir el estrés térmico y las insolaciones.
También se han construido torres residenciales de varios pisos en Mina para alojar a más de 30.000 peregrinos, con diseños modernos inspirados en la identidad urbana de los Lugares Sagrados.
Además, el "tren de los Lugares Sagrados", que cuenta con 9 estaciones repartidas por los distintos puntos de esta zona a lo largo de 18 kilómetros, está listo para ser utilizado por los peregrinos.