"Este ejercicio exploratorio es el primero de este tipo en la región de Oriente Medio y Norte de África", indica un comunicado de BAM, precisando que la evaluación llevada a cabo en este informe se refiere a los riesgos climáticos físicos y los riesgos derivados de la transición a una economía baja en carbono.
Esta primera evaluación mide el nivel de exposición de las carteras de los bancos a los riesgos de sequía, inundaciones e introducción de impuestos sobre el carbono, añade la misma fuente.
El estudio también incluye un análisis de la vulnerabilidad de los bancos ante hipotéticos choques climáticos.
El informe también destaca los retos que plantea la falta de datos suficientemente granulares y la complejidad de comprender las interacciones entre los factores climáticos, económicos y financieros.
Este informe forma parte de los esfuerzos de BAM por tener en cuenta el impacto del cambio climático en el sector bancario y apoyar a los agentes del sector en la creación de sistemas para medir y gestionar los riesgos asociados.