Cuando un funcionario le llevaba su desayuno, el 15 de febrero, el detenido arrojó la bandeja del fuera de la celda, precisó la cárcel en un comunicado, indicando haber "notificado este acto irresponsable a la fiscalía para que tome las medidas legales necesarias contra él".
El preso en cuestión goza de todos los derechos garantizados por la ley en materia de atención sanitaria y alojamiento que cumplen las condiciones pertinentes, añadió la misma fuente. En particular, se beneficia del derecho a un descanso, a la comunicación con un abogado, a las visitas de su familia y al acceso al teléfono fijo del establecimiento.
Según la misma fuente, con este comportamiento despectivo, el preso pretende presionar a la administración penitenciaria para obtener privilegios indebidos, haciendo saber a la opinión pública que "no dudará en aplicar la ley contra él, al igual que contra los otros reclusos, siempre que se transgreda el reglamento interno de la prisión".