La distribución temporal de las precipitaciones se caracterizó por un retraso al principio de la temporada y un cese precoz de las lluvias, indica el Ministerio de Agricultura, Pesca Marítima, Desarrollo Rural y Aguas y Bosques en un comunicado.
En cuanto a la situación del agua, la campaña agrícola ha registrado un déficit hídrico importante, y los principales embalses han registrado bajos índices de llenado, en particular en las regiones de Haouz y Tadla, señala el Ministerio, precisando que, aparte de las regiones de Gharb y Loukkos, donde el riego ha continuado con normalidad, las demás grandes zonas han sufrido restricciones o incluso la interrupción del riego.
En cuanto a las temperaturas, esta temporada se ha caracterizado por una importante variabilidad de las temperaturas mínimas y máximas, lo que ha provocado perturbaciones en los ciclos de producción de los cultivos, en particular para los tomates en febrero y los cereales en marzo y abril, según el Ministerio en su informe sobre la campaña agrícola 2022-2023.
Continúa diciendo que este año agrícola se inscribe en una secuencia climática de 5 años difíciles, marcados por una sucesión de años secos (4 de los últimos 5 años), señalando que el índice de vegetación para este año agrícola está muy por debajo de la media.