"Marruecos, que desde 2009 ha puesto en marcha un ambicioso programa de energías renovables, muestra su voluntad de formar parte de esta conversación global, y ambiciona participar en el desarrollo de la tecnología del hidrógeno verde en su territorio", indica el instituto en un análisis estratégico titulado "Hidrógeno verde en Marruecos: retos y oportunidades para el Reino de Jerifiano".
A este respecto, el análisis subraya que al país no le faltan activos a los que recurrir, como niveles de exposición solar que alcanzan una media de 3.000 horas al año, un capital eólico para la energía eólica que se sitúa entre los más altos del mundo, unidos a una proximidad geográfica a Europa, señalando que para los países de la orilla sur del Mediterráneo, y más concretamente para Marruecos, cuyos yacimientos de hidrocarburos están siendo explorados actualmente, esta transición "verde" parece imprescindible.
Entre los recursos renovables, el hidrógeno verde representa una solución alternativa para el Reino, que se ha fijado el objetivo de alcanzar una tasa de producción de energías renovables del 52% de aquí a 2030, con el fin de reducir hasta un 20% las emisiones de gases de efecto invernadero y participar también en la descarbonización de los países socios.
En efecto, la capacidad de Marruecos de utilizar sus recursos solares y eólicos para producir amoníaco "verde" sin carbono representa una verdadera oportunidad estratégica para el país, dada la complementariedad natural de este producto con el fosfato, del que Marruecos es el segundo productor mundial.