En esta resolución, presentada por Filipinas, el órgano de la ONU reconoce el impacto del baloncesto en las esferas globales del comercio, la paz y la diplomacia, señalando que esta disciplina crea un espacio único para la cooperación, el movimiento físico y la interdependencia, permitiendo a los jugadores verse ante todo como seres humanos.
El texto subraya asimismo que el deporte, incluido el deporte para personas con discapacidad, tiene un importante papel que desempeñar en la promoción de la paz y el desarrollo, el respeto de los derechos humanos, la igualdad de género y la emancipación de las mujeres y las niñas, en particular el baloncesto, dada su popularidad universal.