Desde la pandemia de Covid, se ha recurrido a la institución más que nunca: se ha concedido una asistencia "sin precedentes" a más de 96 países miembros, la mayoría de ellos de bajos ingresos, destaca la directora de Comunicación del Fondo, Julie Kozack.
En un entorno mundial en constante cambio, el Fondo se ha adaptado a las "necesidades cambiantes" de sus miembros, precisó Kozack en una entrevista con la MAP, reconociendo que aún queda mucho por hacer.
"El mundo ha sufrido muchas conmociones en los últimos años. Nuestra directora general, Kristalina Georgieva, lo describe como un mundo propenso a los choques, y el FMI, como institución cuyo objetivo es ayudar a los países miembros, debe adaptarse a este mundo", recuerda esta experimentada economista, que fue ascendida a jefa del departamento de comunicación del FMI el pasado mes de noviembre.
Señala que cuando el mundo se vio afectado por la crisis sanitaria del Covid, el FMI aportó "urgentemente" fondos para ayudar a los países a través de subvenciones adicionales para la atención sanitaria, vacunas y todo lo necesario para hacer frente al Covid. Después, "complementamos esta operación con lo que llamamos +Asignaciones de Derechos Especiales de Giro (DEG)", añade.
Se trata de fondos puestos a disposición de todos los países miembros para ayudarles a reforzar su liquidez y resistencia durante la pandemia.
"Hemos seguido adaptándonos con el tiempo. Pero queda mucho por hacer. El mundo está cambiando rápidamente y nosotros también tenemos que adaptarnos", estima, explicando que "cuando vemos una demanda muy fuerte de financiación y apoyo del Fondo Monetario Internacional por parte de nuestros países miembros de renta baja, hacemos un llamamiento a nuestros miembros más prósperos para que nos apoyen a nosotros y a estos países cubriendo el déficit de recursos de nuestro instrumento de facilitación que nos permite prestar a nuestros miembros de renta baja a tipos de interés cero".
"Este tipo de ajustes y reformas deben continuar", sostiene la responsable del FMI.
En esta entrevista con la MAP, Julie Kozack repasa también el nacimiento de esta institución y detalla sus misiones, la diferencia entre su mandato y el de la otra organización de Bretton Woods, el Banco Mundial, y puntualiza las reformas emprendidas para responder a un entorno mundial marcado en los últimos años por una sucesión de crisis y un aumento de las tensiones geoestratégicas.
"Somos una organización de 190 Estados miembros. Nuestra misión es lo que llamamos estabilidad macroeconómica y estabilidad financiera. Esto significa que nos preocupamos por el crecimiento en nuestros países miembros y la creación de empleo en general, así como por la estabilidad", subraya, agregando que el objetivo es tener una economía en crecimiento, pero con baja inflación. "Creemos que esta estabilidad es importante para elevar el nivel de vida de las personas. Nuestro objetivo es ayudar a los países a mejorar la vida de la gente", recomienda la directora del FMI.
En comparación con el Banco Mundial, Julie Kozack indica que las dos instituciones de Bretton Woods tienen "competencias diferentes, pero mandatos complementarios".
En el FMI, "nos centramos en lo que llamamos macroeconomía": el estado general de la economía y su funcionamiento, dice la responsable del FMI, afirmando que la misión gira en torno a la estabilidad macroeconómica y financiera, con especial atención al crecimiento, el empleo y las formas de mejorar el nivel de vida.
El Banco Mundial, por su parte, desempeña un papel complementario, centrándose más en la financiación de proyectos. Se centra específicamente en la reducción de la pobreza y el fomento del desarrollo.
"Tenemos funciones muy complementarias. Colaboramos estrechamente como instituciones hermanas. La única manera de ayudar a nuestros países miembros es colaborar estrechamente para satisfacer sus necesidades", prosigue.
Así pues, el Fondo Monetario Internacional se centra en tres áreas principales: la primera es el asesoramiento estratégico. Teniendo 190 países miembros, el FMI envía todos los años un equipo para hacer balance de la economía, sus puntos fuertes y los retos a los que se enfrenta.
"Por eso hablamos con las autoridades de los países sobre las sombrías perspectivas creadas por los acontecimientos que tienen lugar a escala mundial. Dialogamos con el Estado, el Gobierno y el Banco Central, pero también con los operadores del sector privado y las partes interesadas, como los jóvenes, los estudiantes y los grupos de mujeres. Construimos una imagen completa de la economía y luego ofrecemos recomendaciones y consejos", expone.
"También tenemos otra misión: el desarrollo de capacidades. En este ámbito, hacemos recomendaciones muy específicas adaptadas a las necesidades de las autoridades gubernamentales", añade la responsable del FMI, especificando que la última modalidad de ayuda consiste en proporcionar financiación y préstamos a los países.
"Si estos países atraviesan momentos difíciles, les proporcionamos ayuda a través de un paquete financiero al tiempo que adoptamos ciertas medidas para restablecer la estabilidad económica, en caso de que el país atraviese dificultades", anota.
En cuanto a las reformas emprendidas para mejorar la gobernanza, la directora de Comunicación del FMI subraya que en cada uno de estos ámbitos, el Fondo “se ha adaptado y ha emprendido reformas" a lo largo de los años.
"La economía mundial está cambiando mucho, y el FMI también tiene que cambiar", afirma, y cita como ejemplo la adopción de nuevas herramientas de préstamo como el mecanismo de mitigación de los efectos del cambio climático, conocido como Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad.
Este mecanismo permite ayudar a los países, mediante financiación y asesoramiento político, a hacer frente a las repercusiones del cambio climático para ser más resilientes, concluye Kozak.