La participación de las Leonas del Atlas en esta competición quedará grabada para siempre en la memoria colectiva nacional como una epopeya fabulosa, memorable e inspiradora, que le ha valido al Reino un lugar distinguido en el panteón de las grandes naciones del fútbol femenino.
Cierto es que las compañeras de Ghizlane Chebbak no pasaron de octavos de final, pero abandonaron la competición con la cabeza bien alta, habiendo alcanzado con valentía y dignidad uno de las trayectorias más honorables de esta competición mundial.
La historia recordará con gran estima y admiración que han escrito sus nombres con letras de oro en los anales del fútbol mundial, por haber logrado una doble hazaña sin precedentes y haber creído en su talento hasta el final de su aliento, hasta el final de su sueño.
Gracias a su desempeño, Marruecos puede enorgullecerse de ser el primer país árabe en clasificarse para la Copa Mundial Femenina, así como la primera nación árabe en ir más allá de la fase de grupos.
La gran aventura de las Leonas del Atlas ha llegado a su fin, pero Marruecos ha salido victorioso, gracias a un avance espectacular logrado mediante un trabajo a largo plazo y esfuerzos sostenidos marcados por la seriedad, la abnegación y la dedicación, de acuerdo con la visión sabia de Su Majestad el Rey Mohammed VI.
Su excelente desempeño frente a selecciones de talla mundial como Corea del Sur y Colombia, clasificadas respectivamente en los puestos 17º y 25º por la FIFA, testimonia, por una parte, el rápido ascenso del fútbol marroquí y, por otra, la voluntad de las Leonas del Atlas por ganarse primero el respeto de sus pares, y luego inspirar a las jóvenes generaciones para que se hagan valer en el ámbito deportivo, alimenten grandes ambiciones y se den los medios para triunfar.
Gracias a esta notable actuación, lograda gracias a un espíritu férreo y un coraje inquebrantable, se convierten en una fuente de inspiración para jóvenes deportistas marroquíes que tienen derecho a soñar a lo grande y a cultivar la pasión por el balón redondo para hacer ondear los colores del Reino alto y lejos.
A través del impresionante fervor que han generado, las Leonas del Atlas han demostrado una vez más que el deporte es un lenguaje universal que puede unir a las personas e inspirar a los jóvenes de todo el mundo a desafiar las adversidades para alcanzar la excelencia.
En muchos sentidos, su saga marca el comienzo de un nuevo capítulo para el fútbol femenino marroquí. Fuente de orgullo para toda la nación, sus proezas, contra todo pronóstico, se han ganado la admiración de adversarios y amigos por igual, dando, así, toda su grandeza al despliegue del genio del fútbol marroquí en femenino.
Al igual que la proeza de la selección masculina en el Mundial de Qatar-2022, las Leonas del Atlas demostraron, de la mejor manera, que lo imposible no es marroquí y que "lo bueno se hace esperar".