Lekjaa, que presentaba el marco general del Proyecto de Ley de Finanzas (PLF) para 2024 en una reunión conjunta de las comisiones de finanzas de la Cámara de Representantes y de la Cámara de Consejeros, subrayó que el control del nivel del déficit en línea con la trayectoria prevista en la PPT, con el fin de preservar la sostenibilidad de la deuda, requiere la continuación de las reformas y la aplicación de medidas destinadas a movilizar márgenes adicionales tanto en términos de ingresos como de gastos.
El ministro subrayó asimismo la necesidad de adoptar las medidas necesarias, tanto en materia de recursos como de gastos, para controlar el déficit presupuestario al nivel fijado en la Ley de Finanzas para 2023, es decir, el 4,5% del producto interior bruto (PIB), en función de los resultados obtenidos al final del primer semestre del año en curso, de las perspectivas del marco macroeconómico para el resto del año y del coste de las medidas adoptadas para limitar las repercusiones de las tensiones inflacionistas y de la sequía.
En cuanto a los gastos, se ejecutaron a finales de 2023, de acuerdo con las previsiones de la Ley de Finanzas, registrando un aumento en comparación con el mismo periodo de 2022, indicó el ministro, añadiendo que el déficit presupuestario aumentó en 9,6 mil millones de dírhams (MMDH) hasta alcanzar los 27,8 MMDH, es decir, casi el 42,3% del nivel previsto en la Ley de Finanzas.
Prosiguió que el déficit por cuenta corriente no debería superar el 2,5% del PIB en 2023, gracias a la mejora de los precios de importación, la evolución positiva de las exportaciones, así como la continuación de la recuperación del turismo y el dinamismo de las transferencias de los marroquíes residentes en el extranjero (MRE).
Según Lekjaa, las reservas de divisas del Bank Al-Maghrib deberían mantenerse en un nivel equivalente a 6 meses de importaciones de bienes y servicios.
Lekjaa señaló asimismo que la Ley de Finanzas se había aplicado durante el primer semestre del año en curso, en un contexto de persistentes presiones inflacionistas y políticas monetarias más restrictivas a escala internacional y nacional.
Concluyó diciendo que, en este contexto, el gobierno prosigue sus esfuerzos para conciliar, por una parte, la lucha contra las presiones inflacionistas mediante medidas a corto plazo destinadas a controlar la subida de los precios de los alimentos y a cumplir los compromisos gubernamentales, mediante la aplicación de las reformas necesarias en el ámbito social, la movilización de los recursos hídricos y el estímulo de las inversiones, y, por otra parte, la mejora de los márgenes presupuestarios.