"El mensaje real es un alegato a favor de la paz y para que la religión se convierta en una palanca de diálogo y convivencia, un baluarte contra la violencia y el odio entre los pueblos", afirmó el investigador del pensamiento islámico y experto en cuestiones de extremismo religioso en América Latina.
Para El Otmani, los parlamentarios tienen una gran responsabilidad en la elaboración de textos para protegerse y prevenir discursos y actos extremistas. "Las recomendaciones contenidas en el mensaje real constituyen la base de un plan innovador para promover la paz y la coexistencia entre todos los seres humanos", afirmó.
Marruecos, añadió el predicador marroquí, "está considerado, a lo largo de su historia, como un Estado modelo en el que los fieles de diferentes religiones coexisten en fraternidad y seguridad".
"La historia del Reino es una historia de diversidad y pluralismo religioso y cultural. Musulmanes, judíos y cristianos han vivido en perfecta armonía durante siglos", insistió, recordando, por ejemplo, que Marruecos brindó una generosa protección a las comunidades religiosas perseguidas en la Península Ibérica en los siglos XV y XVI, así como a las víctimas judías de la opresión nazi.
El mensaje de SM el Rey fue profundo y poderoso, en la medida en que enunció principios, reglas y disposiciones capaces de consolidar los valores de convivencia, paz, amor y armonía, valores promovidos y valorados por la religión musulmana", concluyó el responsable de la Federación de Instituciones Islámicas de Brasil.