Las intervenciones sobre el terreno se centran actualmente en el tratamiento y el control de los incendios restantes y en la prevención de los riesgos de incendio, indicó la misma fuente.
Unas 500 hectáreas de cubierta forestal han sido arrasadas por el fuego, según las autoridades locales, que añaden que no se han registrado víctimas humanas.
Para controlar el incendio se movilizaron equipos de intervención compuestos por la Protección Civil, Aguas y Bosques, la Gendarmería Real, las Fuerzas Auxiliares, las autoridades locales, agentes de promoción nacional y voluntarios de la región, apoyados por medios y equipos técnicos y aéreos.
Las autoridades locales señalaron que 46 familias de tres aduares fueron evacuadas de forma preventiva para garantizar la seguridad de los habitantes de los aduares cercanos a los incendios.